Medios: Abajo la ley de la dictadura (de los militares y Clarín)

Tómense apenas 10 minutos para ver y escuchar la exposición de Víctor Hugo Morales en la Audiencia Pública de la Cámara de Diputados, el 11 de septiembre, por el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación y Audiovisuales. Vale la pena y llena de alegría la sencillez con que quedan al desnudo quienes han ejercido, durante décadas, una dictadura mediática y una dictadura real sobre sus trabajadores. Ahora vociferan su repentina y apasionada defensa de “la libertad de expresión”, a la que conciben como el secuestro virtual de las neuronas del conjunto de la población, para el engorde de su bolsillo, al costo que sea (en general, todos aquellos a quienes siempre nos ha tocado pagar, sabemos bien cuál es ese costo).
Por supuesto, por si hace falta aclararlo, no somos solidarios con el proyecto del Gobierno. Defendemos el derecho a una genuina libertad de expresión, que sólo puede lograrse en el marco de un Estado que exprese un poder opuesto al actual: el de los explotados y oprimidos de la sociedad; es decir, de su inmensa mayoría. Esto es irrealizable en la sociedad actual, y de nada valen los emparches que algunos pretenden, cuestionando el control gubernamental que propicia el proyecto en discusión. Pero, tal como dice Víctor Hugo, los gobiernos pasan y -decimos nosotros- el Estado queda. Estamos en una sociedad capitalista y nada de lo que surja de sus instituciones será en beneficio de las necesidades populares, sino que significará el pase de un bolsillo a otro de distintos sectores burgueses.
En ese marco, denunciamos la campaña del más grande monopolio (des)informativo del país, avalado por la actual oposición política, que no puede resignarse a perder el control absoluto de una herramienta que les ha venido permitiendo homogeneizar el pensamiento vulgar de la población, a la que se condenó/acostumbró a consumir el pensamiento vacuo (pero no neutro) de los Bonelli, abandonar todo debate político y hasta renunciar al acceso gratuito al deporte más popular de la Argentina.
Para nosotros, que el fútbol deje de ser el segundo "opio de los pueblos" (después de las religiones; en particular, la católica) dependerá de la resolución de los explotados en lucha por la liberación de todas las cadenas que los atan a la explotación. Entre tanto, repudiamos la actitud de quienes defienden el monopolio privado de la información, así como repudiamos el sistema jubilatorio de las AFJP o los reclamos de quienes exportan alimentos para 300 millones de personas, pero ocasionan que 10 millones de habitantes se mueran de hambre. Y repudiamos también, en consecuencia, a los gobiernos -como el actual- que son socios de esos grandes negociados y han posibilitado -posibilitan y posibilitarán, en tanto no se los impidamos- que siga el festín de los capitalistas a costa de los padecimientos del pueblo trabajador, más allá de las pujas por cuál sector burgués será el beneficiario de la mayor cuota de plusvalía extraída de la sangre de quienes no tienen para vender más que su fuerza de trabajo.
Coyunturalmente, y para ayudar a esclarecer lo que hoy está en debate, te invitamos a ver:
http://www.youtube.com/watch?v=kVpUTEgTuMo&feature=related
¡Que lo disfrutes y lo aproveches! (LR)