(28/10/2009) SUBTES

Apoyá al nuevo sindicalismo, necesario en el siglo XXI, donde todas las organizaciones tradicionales han demostrado su caducidad a la hora de responder a las nuevas condiciones de explotación de las patronales nacionales e internacionales, todas ellas "globalizadas", pero compartimentando cada vez más la fuerza de los trabajadores mediante las fronteras nacionales, pero también mediante la división entre los trabajadores que son explotados por la misma empresa, o el mismo pool de empresas. Todo ello, por supuesto, con la complicidad de la vieja jerarquía sindical asociada a los nuevos negocios empresariales. Los trabajadores y activistas del Subterráneo de Buenos Aires han sabido "cocinar a fuego lento" la organización de los trabajadores, para ir recuperando, una a una, cada una de las conquistas obreras que les habían sido quitadas por las dictaduras militares y, últimamente, por el proceso privatizador de la nefasta década menemista de 1990.
Todas las luchas de los trabajadores del Subterráneo, desde la década de 1970 en adelante, estuvieron signadas por la lucha contra los jerarcas sindicales de la UTA que han sido, como pioneros, los primeros adelantados en la asociación gremial-patronal. Por eso, todas sus luchas han estado motorizadas, en primer lugar, por el enfrentamiento con la burocracia sindical, incluso antes que contra la patronal (estatal o privada) misma.
Ahora (desde septiembre del 2008), se ha llegado a la instancia en que los trabajadores se decidieron a dar el paso que, lógicamente, continuaba toda la experiencia de lucha y organización de los últimos 15 años; la que dio lugar a la conformación del Cuerpo de Delegados, cuyo desarrollo a lo largo de estos años, con inmensas conquistas recuperadas -como las seis horas, y el convenio único para todos los trabajadores, incluyendo a los de las "tercerizadas"-, maduró en la conformación del nuevo sindicato.
Para mantenerte al tanto de las novedades de la única experiencia superadora del sindicalismo "peronista-tradicional" que comandó los destinos del movimiento obrero de la Argentina durante los últimos 65 años, te invitamos a que incorpores a tus "Favoritos" la página www.sindicatodelsubte.com.ar
(12/10/2009) REPUDIO AL PREMIO NOBEL DE LA PAZ PARA OBAMA...
POR L. RUBIALES
REPUDIAMOS el premio otorgado al continuador de la política del genocida Bush "por otros medios"- que es una verdadera carcajada ante el rostro de los millones de explotados sometidos a las guerras de ocupación y saqueo impulsadas por el imperio estadounidense que Obama preside, y que es acompañado por las potencias europeas y "justificado" por la abrumadora mayoría de los gobiernos burgueses de las llamdas "economías en desarrollo", como el de Cristina Kirchner..
REPUDIAMOS, a la vez, nuevamente, y año tras año, a la fundación Alfred Nobel y su nefasto papel de "dinamitero de conciencias" que intenta ejercer sobre el planeta. Al respecto, reproducimos a continuación extractos del artículo de Paula Bruno, publicado en Bandera Roja Nro. 55 (3/12/2001), que conserva plena actualidad.

"(...) Vaya paradoja de este premio, ya centenario, al que Discépolo cantaría: “Hoy me entero que tu madre/ noble viuda de un guerrero/ es la chorra de más fama/ que pisó la 33./ Y he sabido que el guerrero/ que murió lleno de honor/ ni murió ni fue guerrero/ como me engrupiste vos./ Está en cana prontuariado/ como agente ’e la camorra/ profesor de cachiporra/ malandrín y estafador”.
Detrás del mito que rodea a los premios Nobel, hay una historia guardada por los administradores y los ilustres miembros de la Academia Sueca que “engrupen” al mundo anualmente concediendo estos galardones. Esa historia comienza con Alfred Nobel pero llega hasta nuestros días por las derivaciones esquizofrénicas entre la guerra y la paz, provenientes, en principio, de la misma visión del ilustre dinamitero. Por algo Thomas S. Eliot, poeta y dramaturgo angloestadounidense, dijo que el premio Nobel es “un billete para la tumba”.
Alfred Nobel, padre de la industria bélica moderna, fue inspirador de la doctrina del balance por el terror entre las superpotencias sin que ello le resultara incompatible con la instauración de un premio por la Paz.
Este químico sueco (1833-1896) se había hecho rico con la invención de la dinamita. “Horrorizado por las aplicaciones bélicas de su invento –dice Clarín el 5 de octubre pasado– se transformó en un ardiente pacifista” y lo quiso demostrar en su testamento: “El capital constituirá un fondo cuyo interés se distribuirá anualmente como recompensa a los que, durante el año anterior, hayan brindado a la humanidad los mayores servicios”. Hasta aquí la historia oficial que se repite no ingenuamente en manuales escolares y en la prensa capitalista.
La otra historia, a la que alude Walter Goobar en la revista El Porteño (diciembre de 1987), tiene otras alternativas. En otoño de 1864 volaba por los aires la primera fábrica de nitroglicerina montada improvisadamente por Nobel en Suecia. Cinco personas murieron en la catástrofe, entre ellas el hermano menor de Nobel. Pero el hombre no cejó en su intento. Años más tarde, se convertiría en el padre de la dinamita, y sus otras dos fábricas, instaladas con un permiso en áreas restringidas de la campiña sueca, correrían la misma suerte. En la última explosión murieron 12 personas más.
Sus emprendimientos tenían el marco privilegiado de la época de oro del industrialismo, tan relacionado con la dinamita y la nitroglicerina de Nobel.
El misterio alrededor de la vida privada de Nobel fue custodiado por los integrantes de la Fundación Nobel, quienes se vienen encargando de entregar los premios, mostrando al mundo un símbolo internacional de esfuerzo por la paz y el adelanto de la ciencia. Sin embargo, dos inclinaciones curiosas y combinadas de nuestro personaje, abrieron algunas fisuras sobre su personalidad tan celosamente guardada: la pasión por escribir cartas y su manía administrativa. Muchas de esas cartas, 216, están guardadas en el Archivo Nacional Sueco.
La mayoría de estas misivas estaban dirigidas a “mi pequeña protegida”, Sofie Hees, una muchacha veinteañera a quien Nobel conoció cuando ya era cuarentón y a quien instaló en un lujoso departamento de París. Nobel satisfacía los requerimientos y caprichos de Sofie, y a la vez los registraba meticulosamente en sus libros de contabilidad bajo el sugestivo rubro de “Diablito”. Veinte años duró el romance que terminó cuando Sofie comenzó a extorsionar a Nobel, amenazándolo con hacer públicas sus cartas cariñosas. Este no es más que un aspecto privado y colorido. El resto de su epistolario denota las claves de otras facetas de su personalidad no tan inofensivas que expresan una visión del mundo muy particular.
Llegó una noche a proponerle a un grupo de pensadores franceses que la policía debería habilitar un hotel para suicidas y así evitar el espectáculo que habitualmente ofrecía el Sena, a cuyas aguas se arrojaban estas personas desesperadas. Su misantropía es conmovedora.
Según su voluntad expresada en el testamento, la renta de 33 millones de coronas suecas más unas 350 patentes de inventos, se reparten entre quienes “durante el año anterior hayan hecho los aportes más significativos para la humanidad en las áreas de la física, la química, la medicina, la literatura y para aquel que se haya dedicado a la tarea de hermanar a los pueblos, abolir los ejércitos, y celebración de congresos de paz”.
Sin embargo, el concepto de “abolición de los ejércitos” adquiere un sentido particular en boca del artífice de explosivos como la dinamita, la nitroglicerina y los devastadores cañones Bofors. Nobel expresa las líneas generales de lo que luego fuera “la teoría del equilibrio por el terror”, en una carta a la pacifista Berta von Suttner, cuando estima que, con el aumento de la potencia detonante de las armas, los ejércitos se volverían innecesarios.
El premio por él instituido no significó el arrepentimiento por los millones de víctimas que sus inventos cobraron sino, sencillamente, su objetivo fue que su nombre quedara inscripto en la historia.

El manejo del capital. La Fundación Nobel posee un Consejo de Administración abocado a garantizar la reproducción del capital testamentado por Nobel. Los intereses que devenga ese capital son destinados a los premios y a los gastos propios de administración. Uno de los secretos mejor guardados por los integrantes de este consejo se refiere a los lugares donde está invertido un capital que produce tan buenos dividendos. A pesar de ello, se sabe que en el año 1967 el paquete accionario abarcaba no menos de 85 empresas suecas y 49 empresas de otros orígenes. Se sabe también que en 1987 controlaba importantes partidas accionarias en el conglomerado japonés Sony, en la Compañía de Gas de Washington y en empresas suecas como Volvo, Atla Copco, AGA y Mc Donald’s.
El propio Alfred Nobel sentó las bases de lo que hoy es uno de los más importantes consorcios fabricantes de armas, la fábrica Bofors, famosa en todo el mundo por sus piezas de artillería, municiones y explosivos, presentes a ambos lados de la línea de fuego en todos los conflictos bélicos de la historia contemporánea y que en 1987 fue investigado por su presunta participación en el asesinato del primer ministro sueco Olf Palme.
Los miembros de la Fundación no saben, no responden, cada vez que se les ha inquirido acerca de las inversiones en la industria bélica. A lo sumo llegan a decir que en última instancia es el Banco de la Nación de Suecia el que cuida los bienes financieros y que, como todo banco, puede acomodar sus dineros donde más reditúen, sin que importe cómo.
Sin embargo, no existen dudas acerca de que quienes administran los fondos de la Fundación Nobel han perpetuado esa tradición iniciada por el propio Alfred Nobel. Stig Ramel, el director de la Fundación Nobel desde 1972 hasta 1992, alternaba su tarea de administrar la economía de los premios Nobel con la labor de asesor internacional del consorcio norteamericano Rockwell, que fabrica los superbombarderos B1 y el sistema de encendido de los misiles nucleares.

Paz. ¿Qué paz? El procedimiento para elegir a los premiados es siempre el mismo. Se inicia con la presentación de los candidatos avalados por científicos y académicos de todo el mundo. La evaluación se realiza de febrero a octubre, cuando se difunde el nombre de los ganadores. (...)
Los premios se entregan el 10 de diciembre (día de la muerte de Alfred Nobel) en la Sala de Conciertos de Estocolmo, en una ceremonia que preside el rey de Suecia.
El premio Nobel de la Paz lo define un comité integrado por cinco personalidades elegidas por el Parlamento noruego, ya que en vida de Alfred Nobel ese país integraba el reino de Suecia. (...)"
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(12/10/2009) 12 de Octubre: 1492-2009
517 años de explotación, opresión y saqueo capitalista
POR VERONICA MOLOTE

Hace 517 años, en los orígenes de lo que sería el capitalismo, Europa proclamaba el “descubrimiento” de la existencia de América. Un continente poblado, desde hacía miles de años, que resultó vital para el desarrollo del sistema de explotación que hoy padecemos.
Hace 517 años, Europa estaba saliendo de una de sus mayores crisis precapitalistas (la del siglo XIV) que se manifestó en hambrunas, epidemias, sequías, caída demográfica, etc., durante más de 100 años.
En ese marco, invocando el nombre de “Dios” y la “Civilización”, se iniciaba uno de los más grandes genocidios perpetrados al servicio del saqueo y la ganancia capitalista.
América se convirtió –para Europa– en una fuente inestimable de riquezas naturales –sobre todo, oro y plata, en los inicios– que dinamizaron el desarrollo capitalista al multiplicar exponencialmente la circulación de esos metales como moneda de cambio en sus transacciones comerciales, y para la acumulación en las arcas del Viejo Continente.
El descubrimiento de montañas –literalmente– de oro y de plata, no sólo tuvo consecuencias para Europa y América, sino que también posibilitó la expansión del intercambio mercantil con el Lejano Oriente, soldando los lazos de una economía-mundo de dimensiones desconocidas hasta entonces.
Buena parte del oro y la plata del “nuevo continente” fue apropiada por las coronas –en primer lugar la española–, pero, en su mayor parte, lo fue por particulares, en una verdadera carrera entre piratas saqueadores: los ancestros de quienes hoy, aún, siguen depredando estas tierras y el mundo todo.
Parte inescindible de ese proceso, fue el mayor genocidio consumado en estas tierras. La violenta conquista –y en condiciones desiguales de desarrollo tecnológico–, la proliferación de enfermedades “importadas” –gripes, viruela, etc.– y la superexplotación a la que fueron sometidos, de conjunto, los pueblos originarios, produjeron –en sólo 100 años– el aniquilamiento de cerca del 90% de los pobladores del continente “descubierto”. En los inicios, hiperexplotados en la extracción de la mayor cantidad de metales, en el menor tiempo posible. Más tarde –organizadas las burocracias locales de los imperios–, puestos a dejar su sangre en las plantaciones de caña de azúcar, cafetales, palobrasil, etcétera. Vale recordar que las plantaciones de América han sido también el destino de millones de africanos esclavizados por la “civilizada” Europa, para abaratar y/o suplir la mano de obra en estas tierras. Los métodos que emplearon no difieren de los que sus herederos ejercen en nuestros días: el secuestro, la “desaparición”, la apropiación de los hijos, la violación de las mujeres, la trata de personas, la piratería, los barcos de migrantes a los que se promete “el paraíso”, y se los tira al mar si son descubiertos...
Hace 517 años se iniciaba la masacre, la degradación y el sojuzgamiento de los pueblos originarios, por parte de los imperios europeos, en los orígenes del capitalismo; continuados luego por burguesías criollas y autóctonas, hasta el día de hoy. El sometimiento cultural también fue un factor clave que le debemos, para nuestra desgracia y nuestra actual identidad, a la traidora Malinche que puso su lengua al servicio del sanguinario conquistador Cortés. Toda esa depredación se vio corregida y aumentada con la bárbara invasión de los colonos que –más tarde– llegaron a conquistar el oeste norteamericano. A lo largo de más de 500 años, el capitalismo ha colonizado, matado, explotado y esclavizado, condenando –en algunos casos– a los descendientes/sobrevivientes a minúsculos territorios respecto de sus tierras ancestrales. En otros casos, les han creado “reservas”, como si fueran especies dignas de un zoológico (y, de paso, de fabulosos negocios, como es Las Vegas, por ejemplo).
A lo largo de 517 años, los pueblos originarios han luchado como han podido, en defensa de sus derechos y reivindicaciones. Desde hace unos pocos años, han dicho presente como protagonistas, de los procesos más importantes que se están dando en América latina, desde la Selva Lacandona hasta Los Altos de Bolivia.
En la Amazonia peruana, por ejemplo, las comunidades originarias vienen luchando, hace más de un año, en contra de la concesión de tierras para la explotación petrolera (de la mano del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos).
A raíz de ello, en junio pasado, la policía de Alan García ha producido la matanza de un número aún indeterminado de pobladores (se habla de tres, o de decenas) que protestaban armados... con lanzas. En Ecuador, las comunidades originarias del Amazonas están en pie de lucha contra la aprobación de una ley de agua y minería, propuesta por el gobierno de Correa, que posibilitaría la explotación minera en sus territorios, enfrentando una brutal represión que habría dejado como saldo un indígena muerto por un balazo en la frente y 40 policías heridos. En Chile, las comunidades mapuches llevan años de lucha por la recuperación de sus tierras, siendo reprimidos violenta y constantemente. Hace dos meses, un comunero mapuche fue asesinado por la espalda por los carabineros, en medio de una protesta, y sólo en el último año de su gobierno, la “socialista” Bachelet encarceló a 87 presos políticos mapuches, incluidos algunos activistas solidarios con su causa. Al mismo tiempo, en Neuquén, Cristina Kirchner mantiene en prisión –con amenaza de extradición– a dos compañeros chilenos que buscaron asilo político en la Argentina. Lo más probable es que corran la misma suerte que los seis campesinos paraguayos, que fueron recientemente extraditados, pese a haber buscado refugio en este suelo, contra la persecución política de la “justicia” de su país.
En Bolivia, las comunidades indígenas han sido parte central en la defensa del agua y el gas, del cultivo de la coca como parte fundamental de su subsistencia y de sus tradiciones culturales, construyendo organizaciones de base que han sido uno de los pilares que llevaron a Evo Morales (él mismo, aymara) a la Presidencia. La nueva Constitución Política del Estado reconoce 36 lenguas oficiales, además del castellano, la expropiación de las tierras improductivas que superen las 5.000 hectáreas (medida no retroactiva y con pago de indemnización por parte del Estado), la autonomía y el autogobierno de los pueblos originarios y la propiedad exclusiva sobre los recursos forestales de sus comunidades.
Todas estas luchas –y muchas más de las que ni siquiera nos enteramos– contra la opresión cultural, económica, social y de todo tipo a la que han sido y son sometidos los pueblos originarios desde hace más de 500 años, expresan la importancia del problema indígena, como motor y engranaje de las perspectivas de la revolución socialista en la América latina.
Pero, tal como lo demuestra el desarrollo histórico de la región y del conjunto del planeta, en particular a partir de 1989, vivimos(morimos) capitalismo a pleno. Ninguna de las relaciones sociales que existen en el mundo (aun aquellas que conserven ancestrales ritos y culturas tribales) son ajenas a las relaciones capitalistas de producción… y de explotación. Ahí están también las decenas de guerras supuestamente tribales que desangran al continente africano, que no son más que la continuidad de la despiadada y depredadora acción de los imperialismos al asalto de las más fabulosas riquezas que, por azares de la naturaleza, se han concentrado al extremo en aquellas tierras, incluyendo a su gente que, desde aquellos tiempos y aun hoy, sigue siendo utilizada como moneda y mercancía para los más degradantes negocios capitalistas.
Por todo esto, entendemos que no hay salida indigenista para el problema indígena: hay salida de clase. Sólo mediante el combate frontal contra el capitalismo, por parte del conjunto de los explotados y oprimidos, en una lucha consecuente por desterrar del poder a las burguesías autóctonas y a sus socios mayores imperialistas, se podrán abrir las puertas hacia la construcción de un mundo libre, sin ataduras ni humillaciones para todos los pueblos que conformamos la humanidad toda.
INSISTIMOS:
O REVOLUCION SOCIALISTA INTERNACIONAL, O MAS BARBARIE CAPITALISTA
(10/10/2009) 24 Encuentro Nacional de Mujeres
¡Anticonceptivos para no abortar! ¡Aborto libre, legal y gratuito, para decidir... y no morir!
POR B. BLAROUSON

Vamos contando, y éste es el XXIV Encuentro Nacional de Mujeres. Pero no es un encuentro más. Se produce a un año del estallido de la crisis económica mundial y a más de tres meses del golpe en Honduras, con la bendición, una vez más, de la Iglesia Católica de ese país. Y es evidente que esta crisis y su manejo por parte de los estados imperialistas –y no–, no hace más que profundizar nuestros problemas desde que aumentan los presupuestos de Defensa, la destrucción de los puestos de trabajo de a cientos y miles, el cercenamiento de las libertades políticas y civiles juntamente con la represión y la censura de los medios masivos de des-información, ante cualquier tipo de resistencia de los explotados. Este es el fenómeno que se da no sólo en la Argentina, sino en el mundo.
Y, si no, veamos algunos pocos ejemplos. Obama, lejos de cumplir su promesa de retirar las tropas estadounidenses de Medio Oriente, envió 17.000 soldados más a Afganistán. Los atentados en contra de las fuerzas de ocupación, luego de la proclamada victoria hace ya seis años, provocan más muertos en lo que va de este año que durante los nueve años de guerra.
En contra de la publicitada “salida de la crisis”, aumentó el desempleo. En la Telecom de Francia, la “reestructuración” de puestos de trabajo, llevó al suicidio a 24 trabajadores en el último año y medio.
Para América Latina, EE.UU. reactivó la IV Flota y Uribe les otorgó el uso de siete bases militares en Colombia. Además, el Pentágono, los servicios de Inteligencia y el complejo militar industrial estadounidenses, orquestaron el golpe en Honduras.
En la Argentina las cosas no van mejor. En el actual conflicto de Kraft, la patronal despidió a 160 trabajador@s, incluida toda su comisión interna, por reclamar medidas de higiene contra la gripe A. Y la toma de la fábrica fue desalojada y reprimida por mandato del gobiernador Scioli, avalado por el gobierno nacional.
El monopolio Clarín, que viene ejerciendo una dictadura mediática hacia el conjunto de la población y una dictadura real sobre sus trabajadores, desató una feroz campaña en nombre de la “libertad de expresión” contra el proyecto de la ley de medios de su ex-socio K, con cuyo proyecto no nos solidarizamos porque defendemos el derecho a una genuina libertad de expresión, imposible en los actuales marcos del capital. Y una vez más, la hipócrita y maltrecha oposición burguesa, al igual que en el lockout de los “señores del campo”, no tiene empacho en posicionarse del lado del monopolio empresarial.
En la Ciudad, Macri duplica la fuerza represiva con la incorporación de la Policía Metropolitana y su cuerpo de élite, para desarmar los piquetes que provocan sus políticas.
Los gobiernos de los K ostentan el triste récord de ser el gobierno que tuvo más presos políticos desde la vuelta a la constitucionalidad –aun sumando al conjunto de los gobiernos anteriores– y mantiene más de 5.000 luchadores populares procesados, mientras extradita a seis campesinos paraguayos que buscaron refugio en la Argentina, al igual que mantiene en prisión –con amenaza de extradición– a dos compañeros chilenos que buscaron asilo político en Neuquén.
Este XXIV Encuentro se desarrollará en este marco guerrerista y represivo, del cual es imprescindible ser conscientes para poder enfrentar mejor todos los atropellos a los que somos sometidas a diario. Desde peores condiciones en el trabajo, hasta la negación de la identidad cultural de los pueblos originarios; desde la violencia doméstica, institucional y sexual, hasta la ocupación de un porcentaje de cargos –mediante una ley “progre”–, por nuestros genes y no por nuestras capacidades; desde la negación al acceso al sistema de salud y educación hasta las invisibilización de las condiciones de encierro y aumento de presas mujeres, a las que el Código Penal sólo nombra 7 veces en sus 539 artículos.
Hacernos conscientes de los atropellos y de quienes los ejercen, por el hecho de haber nacido varones, en el seno de una sociedad explotadora, en un territorio denominado Argentina, cuyo Estado integra y subsidia a la iglesia católica –principal sostén de este orden de cosas–, es esencial para poder dar mejor nuestras peleas.
En este sentido –y en función de sus intereses materiales milenarios– la iglesia católica cumple un rol esencial en contra de nuestra pelea por dar pasos hacia nuestra liberación como clase y como género. En la Argentina, constituye el primer obstáculo, mediante su férrea oposición a cualquier tibio intento sobre legalización y/o despenalización del aborto, como los que se proponen hoy desde las propias instituciones burguesas. La iglesia vaticana es la lobbista número uno en contra de la educación sexual en los colegios, al mismo tiempo que avanzó, a principios de año, mediante la sanción de una ley para la reinstalación de la educación religiosa en los colegios públicos de Salta, por obra del gobernador Urtubey, y lo sigue intentando en Catamarca, haciéndonos retroceder a tiempos de la Inquisición. Es la que niega la comunión a los divorciados, pero no a los represores como Cristian Von Wernick, preso por crímenes de Estado, secuestros y torturas, pese a lo cual todavía puede dar misa. Es la que combate al matrimonio homosexual y protege a pedófilos como el cura Grassi o sostiene con jubilación de privilegio de $7.000 al arzobispo Storni, procesado por abuso sexual, dándole asilo en el Vaticano y subiéndolo de jerarquía. Es la de Benedicto XVI, que no dudó en levantar la excomunión a los lefebvristas, así como –siendo Prefecto del Vaticano– elaboró un documento explicando que los “males del mundo” se deben a las mujeres.
Y todo esto, ¿por qué? Porque, como institución, hace dos mil años que viene enganchada al poder, sobreviviendo a los distintos regímenes políticos, siendo siempre funcional a la explotación y la opresión ejercidas por las clases dominantes de cada época. Su oposición al aborto se funda en la necesidad de dominar nuestros cuerpos, porque, si no somos libres para decidir sobre nuestros cuerpos, ¿para qué podemos serlo? Por eso, entre otras cosas, necesitan que siga presa, para ejemplo de todas, Romina Tejerina. Por eso, además, se siguen oponiendo férreamente al uso del más elemental preservativo contra la propagación del Sida: lejos de su proclamada defensa de la vida “desde la concepción”, son los que avalaron la apropiación de los niños nacidos en cautiverio, desde el vientre de cientos de madres “desaparecidas” durante la última dictadura militar, que ellos bendijeron.
Por todo esto, el esfuerzo –individual y colectivo– de juntar el dinero para emprender el viaje para cada Encuentro, sirve para empezar a salirnos de los lugares donde nos ponen los estados, los patrones, la policía, la “justicia”, los burócratas y la Iglesia; e, incluso, las burocracias organizadoras de los Encuentros.
Se cae de maduro que el Encuentro es una gran oportunidad que tiene que servirnos no sólo para intercambiar información, experiencias, tender redes (cuestiones que están bien y tenemos que seguir haciendo) sino también para avanzar en la coordinación a nivel nacional en las tareas más inmediatas que tenemos por delante. Por ello, nos parece necesario que, junto a la temática de cada taller, se discuta y se vote por la coordinación de campañas en todo el país, durante el año:

Por la libertad de Romina Tejerina
Por la despenalización del Aborto
Por el Repudio a la ley de Urtubey que impone la educación religiosa
Por la separación de la Iglesia del Estado
Contra el golpe en Honduras
Por la solidaridad con los despedidos de Kraft y con todos los trabajadores en lucha
Por el reconocimiento del nuevo sindicato de los trabajadores de Subterráneos
¡Por nuestro derecho a decidir!
Anticonceptivos para no abortar,
Aborto libre, legal y gratuito, para decidir... y no morir