RESISTIR  
o resignarnos a ser como 
ganado que va al matadero

Defender el subte es Defender el derecho a la libre organización gremial - Es Defender el patrimonio cultural - Es Defender los puestos de trabajo y nuestros bolsillos del saqueo de las tarifas y los impuestos
Siempre acusan a los trabajadores de perjudicar a la población cuando paran un día y ahora Macri nos deja sin la línea A por dos meses. Y amenaza los puestos de trabajo en todas las líneas, ya que siembra una incertidumbre sobre sus futuras funciones. Además del perjuicio para los usuarios, deja sin fuente de ingresos a todos los comercios que funcionan en los andenes. Tanto los trabajadores como organizaciones vecinales no gubernamentales han demostrado que para incorporar los nuevos vagones, no hace falta interrumpir el servicio. Basta con cambiar la tensión eléctrica cuando circulan unos u otros.
Aumentaron los peajes, las patentes de los autos y el impuesto a los sellos para supuestamente financiar el boleto y el ABL vino con más del 100% de aumento. Pero pese a todo, Macri nos sigue saqueando los bolsillos, llevando el pasaje a $ 3,50... un 40% más. Y todo en nombre del “progreso” de los vagones chinos (que ni siquiera los compró la Ciudad sino el gobierno nacional) que, como siempre en este país, deben ser los coches que China iba a tirar a la basura... De paso, destruyen el patrimonio cultural, separándonos del contacto cotidiano con vagones bellísimos, que son parte de nuestra historia, a los que van a transformar en piezas de museo.
Todo esto lo hacen con el visto bueno de la UTA, a la que Macri y la empresa le prometieron que van a imponerle a los trabajadores la confiscación del aporte sindical, para dárselo a estos burócratas-matones que han sido toda la vida aliados y socios de las patronales del transporte colectivo de pasajeros: el gran negocio privado que todos padecemos. Y los trabajadores de subtes han peleado denodadamente, en toda su historia, por sacarse de encima a esa lacra, que avaló la extensión horaria en la dictadura de Onganía, le partió la cabeza a los trabajadores que hacían un petitorio en el gobierno de Isabel Perón, apoyó a la dictadura genocida, y entregó todos los derechos laborales cuando apoyó la privatización de los subtes que Menem le “regaló” a Benito Roggio.
Por eso los empresarios y los gobiernos apuestan a la UTA como garantía para aplastar la fuerza de los trabajadores, que con sus luchas evitaron que pese a toda la desinversión en los subtes no haya habido una tragedia como la del Sarmiento, por ejemplo. Por algo formaron su propio sindicato y por algo no les reconocen la personería.
Con la trampa del traspaso, el gobierno de la ciudad y el nacional han puesto en marcha este plan antiobrero, que atenta contra los trabajadores del subte, contra los usuarios y contra las conquistas y los bolsillos de todos.
Nuestro desafío como trabajadores es
RESISTIR o resignarnos a ser como

ganado que va al matadero.

 Liga Socialista Revolucionaria (17 de enero de 2013)
Sobre asados, corsos y
tergiversación de la historia
CORREPI - Boletín informativo Nº 682 - 10/01/2013

El kirchnerismo despidió el año dando una clara muestra sobre su política en materia de DD.HH., con el asado para 2.000 personas convocado por el ministro de justicia Julio Alak en uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más grandes de Latinoamérica durante los ‘70, la Escuela de Mecánica de la Armada.
No vamos a caer en la falsa discusión sobre si era un asado o la presentación del Plan Estratégico de DDHH, ya que lo que realmente importa es que, una u otra actividad, demuestran que no es una política de DDHH lo que lleva adelante el gobierno, sino una política de desmemoria, o mejor dicho, el avance por imponer una versión de la historia en función de dejar intactos los intereses del estado, de ese mismo estado que desapareció 30.000 compañeros y que hoy día ejecuta una política represiva que ya suma más de 3.800 pibes asesinados a través del gatillo fácil y la tortura, más de 210 desaparecidos y 68 compañeros asesinados por luchar.
Cuando el kirchnerismo se puso a la cabeza de la reconstrucción de las instituciones de los poderosos, decidió que, a la par, debían construir el consenso necesario para salvaguardar los intereses de su clase con el menor costo político posible. Gran parte de ese consenso ha sido construido alrededor de los “Derechos Humanos y la Memoria”. Así, han “resignificado” (o sea, adaptado a sus necesidades) buena parte de la historia de los ‘60 y ‘70, cuando los trabajadores y el pueblo supieron dar una gran pelea por ocupar el lugar que realmente les corresponde.
El gobierno se ocupó por parecer “heredero” de esa historia, y, por lo tanto, dueño de la versión “oficial”. Pero esa “resignificación” no es otra cosa que ocultamiento, ya que cuando descaradamente hablan de “compañeros”, silencian que quienes cayeron luchando no lo hacían por una sociedad donde la policía mata un pibe por día, donde las luchas de los trabajadores son criminalizadas y perseguidas, ya sea con el código penal o con patotas del poder o, fundamentalmente, por una sociedad en la que una minoría explota y vive a costa de una mayoría explotada.
Nunca, en todos sus discursos e iniciativas de la última década, nadie del gobierno ha mencionado las verdaderas razones de la lucha. Por el contrario, se ocuparon de tapar la verdad falseando la historia. La actividad que se produjo en la ESMA a fines de diciembre es la conclusión de esta política.
El asado en sí no sorprende tanto, si tomamos en cuenta que desde el gobierno y sus aliados se ha promovido que en la ESMA y otros centros clandestinos de detención (CCD), se hagan cursos de “cocina revolucionaria” por TV, murgas y corsos (como en la propia ESMA en 2009), se baile tango, se hagan talleres literarios y actividades por el estilo. Todo ellos lleva a que los espacios donde fueron detenidos, torturados y desaparecidos o asesinados miles de compañeros, se conviertan en lugares lúdicos, como lo hicieron con el 24 de marzo, hoy feriado, utilizado por el gobierno para hacer festivales y por muchos para irse unos días a la playa.
Así, los CCD toman forma de lugares comunes, como plazas, parques y hasta, para quienes trabajan ahí, lugares de trabajo. Los campos de concentración se naturalizan frente a los ojos de la sociedad, tapando la sistematización de los asesinatos que llevó adelante el estado y vaciando su contenido, que no es otro que ser testimonio de la capacidad que tiene el estado para asesinar a quienes considera enemigos.
Exactamente lo que, en conjunto con la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), advertimos en marzo de 2004, cuando se anunció desde el gobierno nacional la forma en que se utilizaría la ESMA: “La AEDD plantea -y CORREPI coincide- que la ESMA y el resto de los campos de concentración no deben tener otro destino ni función que no sea el de ser testimonio del terrorismo de estado. ... Junto a la AEDD consideramos que no debe funcionar en ese predio ninguna institución estatal -y mucho menos privada-, ya que no debe establecerse en el lugar un movimiento rutinario de personal y de público cumpliendo las funciones propias de esas oficinas, etc., que vaciaría de contenido el espacio”. (21/02/2004, Boletín nº 259).
Del otro lado, vimos cómo, de manera oportunista, partidos como el FAP (Frente Amplio Progresista - Binner), Proyecto Sur o la UCR, se mostraron horrorizados por la cuestión. Nada más hipócrita, viniendo de personas que en los primeros años acompañaron y apoyaron estas mismas políticas, entrando junto a Néstor Kirchner en la ESMA para inaugurar actividades.
Decimos, una vez más, que nosotros no olvidamos ni nos entregamos a días festivos sobre la memoria de quienes murieron luchando. El único homenaje hacia los compañeros, es continuar su lucha.