(10/10/2009) 24 Encuentro Nacional de Mujeres
¡Anticonceptivos para no abortar! ¡Aborto libre, legal y gratuito, para decidir... y no morir!
POR B. BLAROUSON

Vamos contando, y éste es el XXIV Encuentro Nacional de Mujeres. Pero no es un encuentro más. Se produce a un año del estallido de la crisis económica mundial y a más de tres meses del golpe en Honduras, con la bendición, una vez más, de la Iglesia Católica de ese país. Y es evidente que esta crisis y su manejo por parte de los estados imperialistas –y no–, no hace más que profundizar nuestros problemas desde que aumentan los presupuestos de Defensa, la destrucción de los puestos de trabajo de a cientos y miles, el cercenamiento de las libertades políticas y civiles juntamente con la represión y la censura de los medios masivos de des-información, ante cualquier tipo de resistencia de los explotados. Este es el fenómeno que se da no sólo en la Argentina, sino en el mundo.
Y, si no, veamos algunos pocos ejemplos. Obama, lejos de cumplir su promesa de retirar las tropas estadounidenses de Medio Oriente, envió 17.000 soldados más a Afganistán. Los atentados en contra de las fuerzas de ocupación, luego de la proclamada victoria hace ya seis años, provocan más muertos en lo que va de este año que durante los nueve años de guerra.
En contra de la publicitada “salida de la crisis”, aumentó el desempleo. En la Telecom de Francia, la “reestructuración” de puestos de trabajo, llevó al suicidio a 24 trabajadores en el último año y medio.
Para América Latina, EE.UU. reactivó la IV Flota y Uribe les otorgó el uso de siete bases militares en Colombia. Además, el Pentágono, los servicios de Inteligencia y el complejo militar industrial estadounidenses, orquestaron el golpe en Honduras.
En la Argentina las cosas no van mejor. En el actual conflicto de Kraft, la patronal despidió a 160 trabajador@s, incluida toda su comisión interna, por reclamar medidas de higiene contra la gripe A. Y la toma de la fábrica fue desalojada y reprimida por mandato del gobiernador Scioli, avalado por el gobierno nacional.
El monopolio Clarín, que viene ejerciendo una dictadura mediática hacia el conjunto de la población y una dictadura real sobre sus trabajadores, desató una feroz campaña en nombre de la “libertad de expresión” contra el proyecto de la ley de medios de su ex-socio K, con cuyo proyecto no nos solidarizamos porque defendemos el derecho a una genuina libertad de expresión, imposible en los actuales marcos del capital. Y una vez más, la hipócrita y maltrecha oposición burguesa, al igual que en el lockout de los “señores del campo”, no tiene empacho en posicionarse del lado del monopolio empresarial.
En la Ciudad, Macri duplica la fuerza represiva con la incorporación de la Policía Metropolitana y su cuerpo de élite, para desarmar los piquetes que provocan sus políticas.
Los gobiernos de los K ostentan el triste récord de ser el gobierno que tuvo más presos políticos desde la vuelta a la constitucionalidad –aun sumando al conjunto de los gobiernos anteriores– y mantiene más de 5.000 luchadores populares procesados, mientras extradita a seis campesinos paraguayos que buscaron refugio en la Argentina, al igual que mantiene en prisión –con amenaza de extradición– a dos compañeros chilenos que buscaron asilo político en Neuquén.
Este XXIV Encuentro se desarrollará en este marco guerrerista y represivo, del cual es imprescindible ser conscientes para poder enfrentar mejor todos los atropellos a los que somos sometidas a diario. Desde peores condiciones en el trabajo, hasta la negación de la identidad cultural de los pueblos originarios; desde la violencia doméstica, institucional y sexual, hasta la ocupación de un porcentaje de cargos –mediante una ley “progre”–, por nuestros genes y no por nuestras capacidades; desde la negación al acceso al sistema de salud y educación hasta las invisibilización de las condiciones de encierro y aumento de presas mujeres, a las que el Código Penal sólo nombra 7 veces en sus 539 artículos.
Hacernos conscientes de los atropellos y de quienes los ejercen, por el hecho de haber nacido varones, en el seno de una sociedad explotadora, en un territorio denominado Argentina, cuyo Estado integra y subsidia a la iglesia católica –principal sostén de este orden de cosas–, es esencial para poder dar mejor nuestras peleas.
En este sentido –y en función de sus intereses materiales milenarios– la iglesia católica cumple un rol esencial en contra de nuestra pelea por dar pasos hacia nuestra liberación como clase y como género. En la Argentina, constituye el primer obstáculo, mediante su férrea oposición a cualquier tibio intento sobre legalización y/o despenalización del aborto, como los que se proponen hoy desde las propias instituciones burguesas. La iglesia vaticana es la lobbista número uno en contra de la educación sexual en los colegios, al mismo tiempo que avanzó, a principios de año, mediante la sanción de una ley para la reinstalación de la educación religiosa en los colegios públicos de Salta, por obra del gobernador Urtubey, y lo sigue intentando en Catamarca, haciéndonos retroceder a tiempos de la Inquisición. Es la que niega la comunión a los divorciados, pero no a los represores como Cristian Von Wernick, preso por crímenes de Estado, secuestros y torturas, pese a lo cual todavía puede dar misa. Es la que combate al matrimonio homosexual y protege a pedófilos como el cura Grassi o sostiene con jubilación de privilegio de $7.000 al arzobispo Storni, procesado por abuso sexual, dándole asilo en el Vaticano y subiéndolo de jerarquía. Es la de Benedicto XVI, que no dudó en levantar la excomunión a los lefebvristas, así como –siendo Prefecto del Vaticano– elaboró un documento explicando que los “males del mundo” se deben a las mujeres.
Y todo esto, ¿por qué? Porque, como institución, hace dos mil años que viene enganchada al poder, sobreviviendo a los distintos regímenes políticos, siendo siempre funcional a la explotación y la opresión ejercidas por las clases dominantes de cada época. Su oposición al aborto se funda en la necesidad de dominar nuestros cuerpos, porque, si no somos libres para decidir sobre nuestros cuerpos, ¿para qué podemos serlo? Por eso, entre otras cosas, necesitan que siga presa, para ejemplo de todas, Romina Tejerina. Por eso, además, se siguen oponiendo férreamente al uso del más elemental preservativo contra la propagación del Sida: lejos de su proclamada defensa de la vida “desde la concepción”, son los que avalaron la apropiación de los niños nacidos en cautiverio, desde el vientre de cientos de madres “desaparecidas” durante la última dictadura militar, que ellos bendijeron.
Por todo esto, el esfuerzo –individual y colectivo– de juntar el dinero para emprender el viaje para cada Encuentro, sirve para empezar a salirnos de los lugares donde nos ponen los estados, los patrones, la policía, la “justicia”, los burócratas y la Iglesia; e, incluso, las burocracias organizadoras de los Encuentros.
Se cae de maduro que el Encuentro es una gran oportunidad que tiene que servirnos no sólo para intercambiar información, experiencias, tender redes (cuestiones que están bien y tenemos que seguir haciendo) sino también para avanzar en la coordinación a nivel nacional en las tareas más inmediatas que tenemos por delante. Por ello, nos parece necesario que, junto a la temática de cada taller, se discuta y se vote por la coordinación de campañas en todo el país, durante el año:

Por la libertad de Romina Tejerina
Por la despenalización del Aborto
Por el Repudio a la ley de Urtubey que impone la educación religiosa
Por la separación de la Iglesia del Estado
Contra el golpe en Honduras
Por la solidaridad con los despedidos de Kraft y con todos los trabajadores en lucha
Por el reconocimiento del nuevo sindicato de los trabajadores de Subterráneos
¡Por nuestro derecho a decidir!
Anticonceptivos para no abortar,
Aborto libre, legal y gratuito, para decidir... y no morir