26/6/2008: LA PELEA “ENTRE EL CAMPO Y EL GOBIERNO”
ES UNA GUERRA CONTRA VOS
Si hay algo que debería haber quedado en claro en estos meses de confrontación entre los sectores capitalistas del agro y los capitalistas representados por el gobierno –petroleros, industriales, privatizadas– es que la torta por la que se pelean es grande y por ello no hay medias tintas. Como dijo De Angeli: “Vamos por todo”. Y estas no son sólo palabras, están dispuestos a tirar de la cuerda todo lo que ésta dé.
Sonó la campana del round de los cien días pero la pelea continúa en el Congreso. El “campo” busca colar sus reclamos entre las fisuras del oficialismo. El Ejecutivo intenta desmarcarse del centro de la escena. Y ambos han sido alertados por la Iglesia Católica que reunió a sus obispos en el Vaticano para llamar la atención de que la situación no se fuera de madres. Por ello la conferencia de prensa dada por el cardenal Bergoglio, sorprendiendo a propios y ajenos. Porque si hay alguien que aprendió del 2001 y del “Que se vayan todos” es la Iglesia. Al mismo tiempo, la vía parlamentaria le presta una mano al conjunto de la impresentable oposición burguesa para que intente salir de la marginalidad en la que se encuentra.
Pero salga el resultado que salga, no está dicho que los “dueños de la tierra” vayan a respetarlo. No es un problema de legalidad, sino de plata: “Si las retenciones se votan tal cual, habrá que disolver el parlamento” sintetizó el vice de la CRA, Ricardo Buryaile.
No vemos hoy la posibilidad de un “golpe”, tal como azuza el gobierno para tratar de llevar agua a su molino. Simplemente porque no hay quien lo de en el terreno militar ni en el civil. Pero sí estamos frente a una actitud golpista de los “dueños de la tierra”, que presionan al gobierno para que no toque el suculento negocio de la soja.
La pelea no son sólo las retenciones presentes sino sobre todo las futuras. La nueva burbuja especulativa con los comodities –maíz, girasol y soja– en la timba de los mercados a futuro proyectan una oportunidad de ganancias, avalada ya por dos años consecutivos, aún más extraordinaria que la actual, siendo éste (y no la llamada crisis alimentaria por la ficticia escasez) el principal motivo del aumento de los precios nacionales e internacionales.
La Argentina produce alimentos para más de 400 millones de personas; ¿es lógico, entonces, que el gobierno les retenga cierto porcentaje o que dejen de exportar un diez por ciento? Sí, es lógico. El problema es que este gobierno, que es socio capitalista de todos ellos, no pudo dar una respuesta capaz de neutralizarlos, entre otras cosas porque los recursos que retiene sobre las exportaciones no se destinan a paliar el hambre del pueblo o alguno de sus otros problemas ni en una milésima parte. Por el contrario, van a subsidiar a otros sectores capitalistas como las privatizadas, la industria y las petroleras.
Por eso el llamado “campo” esta enfrentando al gobierno, porque quiere que gobierne para ellos: “La plata del campo tiene que volver al campo”, tal como declaró Llambías, dirigente de la CRA. En el mismo sentido y develando el quid de la pelea, Buzzi, dirigente de la FAA declaró: “Me parece muy mal que aplaudan –los industriales el discurso de Cristina Kirchner– cuando la plata se la están sacando a otros”.
Los “duros” discursos y pasos prácticos de la presidenta, no lograron más que ofrecer excusas –aunque si no las tuvieran, las inventan– para continuar con el lock out patronal. No otra cosa significó la llamada “represión” a De Angeli, tratado, más bien, como una bailarina del Teatro Colón. La “libertad de prensa”, representada por La Nación y Clarín, le brindó al hecho cien veces más espacio que a la real y salvaje represión que sufrieron los trabajadores de Jujuy esa misma semana. Así, dejaron en claro, por si quedaba alguna duda, que la libertad de prensa sólo es un derecho de los grandes pulpos capitalistas.
Existen sectores de la denominada izquierda, incluso llamada “trostkista”, que intentan ver en los pequeños y medianos productores, “chacareros”, a los trabajadores y pobres del campo siendo éste el sector “bueno” de la lucha al que el pueblo tendría que apoyar. Claro que obvian que la política, es decir el lock out patronal, dirigida por la Sociedad Rural –representante de los terratenientes e históricamente golpista–, fue, es y será una herramienta de los patrones en contra de los trabajadores y la población en general, y ello no cambia por el hecho de que la FAA sea su aliada indiscutida. En todo caso deja claro que la FAA hoy tiene poco que ver con sus orígenes.
En estos días se escucha decir: “se tiene que resolver esto, me tienen harto el campo y el gobierno”. En realidad, en esa formulación se esconde que toda lucha entre capitalistas tiene como rehén al pueblo y los trabajadores. O ¿por qué están subiendo todos los precios? Desde todos los micrófonos lo que callan es que vos sos parte de esta pelea. Que no estás al margen de la puja entre los de arriba, porque la pieza de canje de todo esto somos los que vivimos de un salario. Somos los que sufrimos el desabastecimiento y la suba de precios. Los subsidios a las privatizadas que la levantan con pala sin invertir un peso o a las petroleras, con un precio que viene rompiendo todos los récords, también son financiados a costa de nuestros bolsillos.
Depende de nosotros, de nuestra reflexión y de nuestra actitud ponerle freno a estos grandes capitalistas que, encima, nos quieren tomar por tontos, si nosotros nos dejamos.
¡QUE SE VAYAN ELLOS! Que se vayan todos los explotadores (nacionales e internacionales), sus agentes políticos, judiciales, militares, policiales, eclesiásticos y los represores.
Para que se vayan; HAY QUE ECHARLOS, mediante la movilización popular organizada en asambleas barriales y campesinas de base, completamente independientes de las patronales, de su Estado y de sus gobiernos de turno.
Si hay algo que debería haber quedado en claro en estos meses de confrontación entre los sectores capitalistas del agro y los capitalistas representados por el gobierno –petroleros, industriales, privatizadas– es que la torta por la que se pelean es grande y por ello no hay medias tintas. Como dijo De Angeli: “Vamos por todo”. Y estas no son sólo palabras, están dispuestos a tirar de la cuerda todo lo que ésta dé.
Sonó la campana del round de los cien días pero la pelea continúa en el Congreso. El “campo” busca colar sus reclamos entre las fisuras del oficialismo. El Ejecutivo intenta desmarcarse del centro de la escena. Y ambos han sido alertados por la Iglesia Católica que reunió a sus obispos en el Vaticano para llamar la atención de que la situación no se fuera de madres. Por ello la conferencia de prensa dada por el cardenal Bergoglio, sorprendiendo a propios y ajenos. Porque si hay alguien que aprendió del 2001 y del “Que se vayan todos” es la Iglesia. Al mismo tiempo, la vía parlamentaria le presta una mano al conjunto de la impresentable oposición burguesa para que intente salir de la marginalidad en la que se encuentra.
Pero salga el resultado que salga, no está dicho que los “dueños de la tierra” vayan a respetarlo. No es un problema de legalidad, sino de plata: “Si las retenciones se votan tal cual, habrá que disolver el parlamento” sintetizó el vice de la CRA, Ricardo Buryaile.
No vemos hoy la posibilidad de un “golpe”, tal como azuza el gobierno para tratar de llevar agua a su molino. Simplemente porque no hay quien lo de en el terreno militar ni en el civil. Pero sí estamos frente a una actitud golpista de los “dueños de la tierra”, que presionan al gobierno para que no toque el suculento negocio de la soja.
La pelea no son sólo las retenciones presentes sino sobre todo las futuras. La nueva burbuja especulativa con los comodities –maíz, girasol y soja– en la timba de los mercados a futuro proyectan una oportunidad de ganancias, avalada ya por dos años consecutivos, aún más extraordinaria que la actual, siendo éste (y no la llamada crisis alimentaria por la ficticia escasez) el principal motivo del aumento de los precios nacionales e internacionales.
La Argentina produce alimentos para más de 400 millones de personas; ¿es lógico, entonces, que el gobierno les retenga cierto porcentaje o que dejen de exportar un diez por ciento? Sí, es lógico. El problema es que este gobierno, que es socio capitalista de todos ellos, no pudo dar una respuesta capaz de neutralizarlos, entre otras cosas porque los recursos que retiene sobre las exportaciones no se destinan a paliar el hambre del pueblo o alguno de sus otros problemas ni en una milésima parte. Por el contrario, van a subsidiar a otros sectores capitalistas como las privatizadas, la industria y las petroleras.
Por eso el llamado “campo” esta enfrentando al gobierno, porque quiere que gobierne para ellos: “La plata del campo tiene que volver al campo”, tal como declaró Llambías, dirigente de la CRA. En el mismo sentido y develando el quid de la pelea, Buzzi, dirigente de la FAA declaró: “Me parece muy mal que aplaudan –los industriales el discurso de Cristina Kirchner– cuando la plata se la están sacando a otros”.
Los “duros” discursos y pasos prácticos de la presidenta, no lograron más que ofrecer excusas –aunque si no las tuvieran, las inventan– para continuar con el lock out patronal. No otra cosa significó la llamada “represión” a De Angeli, tratado, más bien, como una bailarina del Teatro Colón. La “libertad de prensa”, representada por La Nación y Clarín, le brindó al hecho cien veces más espacio que a la real y salvaje represión que sufrieron los trabajadores de Jujuy esa misma semana. Así, dejaron en claro, por si quedaba alguna duda, que la libertad de prensa sólo es un derecho de los grandes pulpos capitalistas.
Existen sectores de la denominada izquierda, incluso llamada “trostkista”, que intentan ver en los pequeños y medianos productores, “chacareros”, a los trabajadores y pobres del campo siendo éste el sector “bueno” de la lucha al que el pueblo tendría que apoyar. Claro que obvian que la política, es decir el lock out patronal, dirigida por la Sociedad Rural –representante de los terratenientes e históricamente golpista–, fue, es y será una herramienta de los patrones en contra de los trabajadores y la población en general, y ello no cambia por el hecho de que la FAA sea su aliada indiscutida. En todo caso deja claro que la FAA hoy tiene poco que ver con sus orígenes.
En estos días se escucha decir: “se tiene que resolver esto, me tienen harto el campo y el gobierno”. En realidad, en esa formulación se esconde que toda lucha entre capitalistas tiene como rehén al pueblo y los trabajadores. O ¿por qué están subiendo todos los precios? Desde todos los micrófonos lo que callan es que vos sos parte de esta pelea. Que no estás al margen de la puja entre los de arriba, porque la pieza de canje de todo esto somos los que vivimos de un salario. Somos los que sufrimos el desabastecimiento y la suba de precios. Los subsidios a las privatizadas que la levantan con pala sin invertir un peso o a las petroleras, con un precio que viene rompiendo todos los récords, también son financiados a costa de nuestros bolsillos.
Depende de nosotros, de nuestra reflexión y de nuestra actitud ponerle freno a estos grandes capitalistas que, encima, nos quieren tomar por tontos, si nosotros nos dejamos.
¡QUE SE VAYAN ELLOS! Que se vayan todos los explotadores (nacionales e internacionales), sus agentes políticos, judiciales, militares, policiales, eclesiásticos y los represores.
Para que se vayan; HAY QUE ECHARLOS, mediante la movilización popular organizada en asambleas barriales y campesinas de base, completamente independientes de las patronales, de su Estado y de sus gobiernos de turno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario