27 al 31 de octubre de 2008: Elecciones de Centro
NO A LOS APARATOS
Por una corriente anticapitlista,
antiburocrática, asamblearia,
socialista y revolucionaria
Entre el 27 y el 31 de octubre hay elecciones en Filosofía y Letras (UBA). Pero la situación en la que se realizan no es igual a ninguna otra.
La crisis que le estalló al gobierno de Estados Unidos no es producto del fracaso de un Bush o del “modelo neoliberal” como nos quieren hacer creer. Es la consecuencia lógica del sistema de acumulación capitalista que, desde hace tres décadas, acumuló el triple de capital especulativo-ficticio con respecto al total del PBI mundial.
A diferencia de los antiguos sistemas de producción, ésta es una crisis de sobreproducción (de mercancías y dinero) dada la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y a la concentración del capital. Por eso, cualquier salida que le pretendan dar no hará más que incubar –redoblada– la siguiente crisis, si los explotados del mundo se lo permitimos.
Es un sistema que se basa en la explotación para extraer, del trabajo vivo del hombre, la riqueza en función de engrosar los bolsillos de unos pocos y condenar a la tercera parte de la humanidad a vivir con dos dólares diarios. Por eso, la escasez de alimentos y de energía con las que continuamente nos quieren aterrorizar, no es más que un gran cuento para ocultar que es su insaciable sed de ganancias y su gigantesca especulación la que provoca esa escasez. ¿Acaso alguien puede sostener seriamente que el propio capitalismo no ha sido capaz de crear la capacidad de alimentar/comunicar/iluminar al conjunto de la humanidad, excepto cuando hacerlo en ciertas regiones del planeta no le genera ganancias?
El papel del Estado capitalista, sea del color que sea el gobierno que lo administre, ha quedado impúdicamente al desnudo: defender los intereses de quienes detentan el poder y “rescatarlos” cuando se hace necesario. No por falta de ideas más originales, Bush –con el voto positivo de la fórmula “Obama-MacCain”– y el resto de los países centrales –Europa, Japón– lanzaron la GRAN CAVALLO: estatizar la deuda de los banqueros, tanto nacionales como extranjeros, utilizando los impuestos que le cobran al conjunto de la población. El método de la estafa no es nuevo. Pero las cifras que llegan a los doce ceros representan la mayor transferencia histórica hecha, de un plumazo, del bolsillo de los trabajadores al bolsillo de los dueños del poder.
La fórmula “Obama-MacCain” dejó a la vista que, en lo central, no tienen diferencias, ni en el salvataje ni en aquello de lo que nadie habla pero todos votan: el presupuesto para la guerra exterior. No es casual que las cifras de ambos ítems se asemejen tanto: US$ 700.000 millones de “salvataje” a los bancos, y 800.000 millones para la guerra. Y así como viene creciendo el presupuesto para la guerra desde hace años, con el apoyo de los demócratas, también es previsible que, en medio de esta crisis, se profundice la dinámica guerrerista del imperio americano: la guerra es una política de Estado.
La crisis ya tiene, y tendrá cada vez más, su correlato en la economía “real” del mundo. Sólo en Estados Unidos, en septiembre más de 150.000 personas perdieron sus trabajos y cerca de 900.000 lo hicieron en lo que va del 2008.
En la Argentina, a pesar de que el gobierno les implore de mil maneras que no lo hagan, las automotrices, la construcción y otros sectores ya anunciaron suspensiones y despidos. Ante esto, Moyano declaró vergonzosamente que la CGT renuncia al reclamo de $500 para fin de año, dadas las dificultades de los patrones a escala nacional e internacional. ¿Y las “dificultades” de los trabajadores?: Ni hablar.
Como si esto fuera poco, la Sociedad Rural y la FAA se movilizan otra vez exigiéndole ahora al Gobierno que les subsidie la baja de los commodities, con la excusa de la sequía, para que todos los trabajadores sigamos siendo rehenes de su monopolio sobre la producción agropecuaria. Todo esto, con la entusiasta Vilma Ripoll colgada del brazo de Buzzi.
Para los trabajadores que han salido a pelear, la respuesta del gobierno kirchnerista ha sido represión, persecución, judicialización y cárcel. Algunos son los trabajadores de Las Heras presos desde hace más de dos años, los del Casino, Mafisa, Fate, etc. Queda a las claras el cinismo del discurso del Gobierno sobre derechos humanos con la criminal denegación del asilo político a los seis campesinos paraguayos que llevan más de dos meses en huelga de hambre, corriendo serio peligro sus vidas.
La crisis se derrumba sobre nuestras espaldas como trabajadores y también lo hace y lo hará como estudiantes porque la educación universitaria no permanece al margen. Se calcula que la UBA necesita $2.450 millones para funcionar medianamente. No obstante, para el 2009, el presupuesto nacional le asigna menos de $1.500 millones. Y partiendo de que se prevé una baja en la recaudación fiscal, no pueden descartarse ajustes de todo tipo. Teniendo en cuenta que en los últimos años de récords recaudatorios y reservas abultadas, la UBA ya registraba un déficit presupuestario, la perspectiva es más bien oscura. En esta situación, las promesas del Ministerio de Educación de rentas para los ad-honorem de Filo, y del decano Trinchero sobre la construcción de aulas parecen más espejitos de colores que otra cosa.
En este contexto, en el Congreso se están discutiendo diferentes proyectos para una nueva ley de educación superior que el Gobierno anunció en marzo pasado su intención de sancionar antes de fin de este año. Aún no se conoce el proyecto oficial guardado bajo siete llaves y, al margen de si las condiciones le permiten concretarlo ahora, Cristina Kirchner trazó sus lineamientos fundamentales: articulación de lo académico con lo económico, unir gestión pública con gestión privada y discutir qué debe entenderse por autonomía universitaria. Con un discurso “progresista” y de “compromiso social”, se profundiza la LES menemista avanzando en una educación universitaria aún más al servicio de las empresas, continuando en la privatización de diversas esferas, degradando títulos de grado con títulos intermedios y creando carreras de primera importancia y carreras de segunda (¡adiviná en qué nivel quedará Filo!).
En este sentido debe entenderse lo votado el 17 de octubre por la Asamblea Universitaria de la UBA, en la discusión sobre la reforma del Estatuto. En esa primera instancia, se sancionaron el principio de autonomía universitaria “con responsabilidad social”, las tareas de extensión y educación “como bien social y público” y la gratuidad del ciclo de grado manteniendo los posgrados arancelados. A principios del año que viene se tratarían el cogobierno y el estatus del CBC, entre otros temas.
Así estamos, y la situación general no da indicios de mejorar. Particularmente en Filo las condiciones más elementales de cursada siguen ausentes: aulas superpobladas, estudiantes en los pisos, decenas de docentes ad-honorem, paredes de durlock, escasez de horarios… y siguen las firmas.
Durante este año, la participación de los estudiantes se ha dejado ver en torno a la discusión “Campo vs. Gobierno” y, sobre todo, con asambleas y actividades ante los paros docentes por reclamos salariales. Sin embargo, este saludable asomo de protagonismo estudiantil, más masivo que lo “habitual”, no alcanza ante las necesidades que tenemos.
Por eso es vital que discutamos masiva y cotidianamente nuestros problemas y cómo enfrentarlos con las mejores herramientas que nos demos. Tanto la FUBA como varios centros de estudiantes que, desde hace años, se encuentran en manos de organizaciones de izquierda (el CeFyL en particular con diferentes frentes desde 1998) no responden a esta necesidad. En ellos nada ha cambiado de fondo: han sido y son expendedores de servicios más o menos “honestos”; cáscaras vacías de estudiantes; congresos y reuniones más o menos clandestinas y burocráticas; representantes que no representan a nadie.
La disputa entre los sectores capitalistas expresados por “el campo” y “el gobierno nacional” produjo ciertos realineamientos políticos. Por ejemplo, los integrantes del Frente que presidía el CeFyL, hoy se presentan divididos.
Vergüenza ajena produjo y sigue produciendo el acompañamiento a los sectores capitalistas del campo por el MST, PCR e IS. Podrán decir cualquier cosa para intentar una justificación pero lo relevante es cuáles intereses –quieran o no– apoyaron y apoyan.
Por otro lado, está PTS-En Clave Roja-Pan y Rosas-Ceprodh-No Pasarán –¿alguien duda que sean todos lo mismo; es decir, el PTS?– quien descubrió la “fórmula mágica” para los explotados aplicable a todo enfrentamiento entre sectores de clase capitalista: “Ni con uno ni con otro, yo argentino...”. Desde nuestra óptica, no había ni hay que apoyar a ninguno de los dos sino que hay que llamar a enfrentarlos a ambos. ¡Cómo no va a ser nuestra esa pelea, si las cuentas las pagamos nosotros!
El PO, ahora, se encuentra noviando con esta misma política. Tras caracterizar la “pueblada” en marzo, llegó a la “pelea intercapitalista”, pasando por el ininteligible “contra el golpe y el autogolpe”. Claro que luego de tomarse varios meses para “darse cuenta” de que estaba en un Frente (o alianza) con quienes apoyaron “al campo”, retirándose del Frente con la excusa de una bandera malversada en el Encuentro Nacional de Mujeres en Neuquén (¡como si ellos mismos no hubieran usado mil y una vez las banderas del CeFyL y de la FUBA sin consultar a ningún estudiante!).
Estas políticas erráticas=oportunistas han tenido su correlato en la actuación que llevaron adelante todas las corrientes integrantes de la conducción del CeFyL en los últimos años ante los problemas más resonantes que enfrentamos: por ejemplo, la elección del rector; la lucha democrática de los secundarios del Buenos Aires; y la supuesta actual oposición a los proyectos oficialistas de reforma del Estatuto. Todos sus reclamos van encaminados a lograr un lugarcito bajo el sol de la institucionalidad “académica”. Es decir, bajo la consigna de “cogobierno estudiantil” –inconsulta y burocrática–, todos ellos buscan negociar con las autoridades una mayor cuota de poder, sobre la base de una más ficticia que real representación estudiantil.
Entretanto, la abrumadora mayoría de los estudiantes desconoce de qué se trata; nadie se esfuerza en que lo conozcan y, en consecuencia, casi nada pueden opinar al respecto.
No es de extrañar este comportamiento proveniente de las mismas corrientes que, en el último año –por lo menos– han ocupado espacios de lucha mediáticos, pero vacíos de estudiantes, por ejemplo contra la fraudulenta designación de Hallú –que luego respaldaron– o que sólo salen a “apoyar a los docentes”, como si los estudiantes no tuviéramos problema alguno. Por eso, entre muchas otras cosas, te piden el voto una vez al año, como tu única forma de participación funcional a que ellos queden al frente de las instituciones y se arroguen la representación de tus reclamos.
Es lo mismo que han hecho, con trágicos resultados, en conflictos obreros como el Casino, Dana, Fresenius, Mafisa o Fate (en este caso, en particular, el llamado “Nuevo MAS”) donde, arrancando de legítimas reivindicaciones, lograron el resultado de cientos de despidos por la vía de alentar entre los trabajadores el camino de la negociación en los pasillos del Ministerio de Trabajo, como si éste fuera independiente de los intereses de las grandes patronales. Son las mismas que han priorizado en todas las luchas obreras el rédito de obtener un militante más, así sea a costa de cientos de trabajadores despedidos.
También nos parece estéril, en este contexto, proclamar un independientismo “puro”, sin definir de quién se es independiente: ¿de la burguesía?, ¿de los aparatos de la izquierda?, ¿del posmodernismo ubicuo?…, ¿de quién?
Si a esto le sumamos que el comportamiento de todas estas corrientes, viejas conocidas de todos nosotros, se asienta en el mecanismo caduco de la “representación”, tenemos completo el cuadro de la descomposición en la que se sumergen las principales organizaciones políticas que actúan en la Facultad y que se postulan para dirigir/administrar el CeFyL: un Centro a espaldas de los estudiantes, hecho a la medida de sus necesidades burocráticas y/o de aparatito/aparatejo disfrazado con decenas de nombres inventados.
Los desafíos que tenemos planteados son muy grandes. La salida no se resuelve sólo con las luchas por las reivindicaciones mínimas cotidianas, aunque éstas son decisivas para acumular fuerzas. Para ellas necesitamos la participación y organización masiva y democrática, desde las aulas, de miles y miles de estudiantes. No porque suene bonito decirlo sino porque siendo miles de cabezas pensando y debatiendo y miles de brazos y piernas accionando, estaremos en mejores condiciones para avanzar.
Lo que nos hace falta, fogoneada por esas luchas cotidianas, es una batalla de la que casi nadie habla: organizarnos para ir acumulando poder popular capaz de, en el momento oportuno, disputar el poder a quienes hoy lo detentan. La única perspectiva de progreso para el conjunto de la sociedad pasa por una revolución de masas –asamblearia, democrática y socialista–, objetivo difícil, pero necesario y posible (más difícil es seguir viviendo como hasta ahora).
Por todo esto, te llamamos a apoyar con tu voto la Lista 17 –“Liga Socialista Revolucionaria y estudiantes independientes”–, como una forma de expresar que estás de acuerdo con algunas de estas ideas. Te llamamos a que no te dejes adormecer por el marketing político de los grandes medios de desinformación ni por las variables políticas de aquellos que buscan la cuadratura del círculo con recetas de curanderos del capitalismo o de su imposible humanización.
Durante y después de las elecciones te llamamos, sobre todo, a que seas protagonista en la construcción de una corriente política estudiantil anticapitalista, antiburocrática, socialista y revolucionaria que tenga como eje pelear en todos los terrenos por nuestro derecho a estudiar, impulsando todos los canales posibles de participación, sabiendo que nuestras necesidades no terminan en la puerta de la facultad.
Te llamamos a que defiendas tu elemental derecho a vivir, trabajar y estudiar para una vida que valga la pena ser vivida. Porque lo más difícil es seguir viviendo como hasta ahora.
NO A LOS APARATOS
Por una corriente anticapitlista,
antiburocrática, asamblearia,
socialista y revolucionaria
Entre el 27 y el 31 de octubre hay elecciones en Filosofía y Letras (UBA). Pero la situación en la que se realizan no es igual a ninguna otra.
La crisis que le estalló al gobierno de Estados Unidos no es producto del fracaso de un Bush o del “modelo neoliberal” como nos quieren hacer creer. Es la consecuencia lógica del sistema de acumulación capitalista que, desde hace tres décadas, acumuló el triple de capital especulativo-ficticio con respecto al total del PBI mundial.
A diferencia de los antiguos sistemas de producción, ésta es una crisis de sobreproducción (de mercancías y dinero) dada la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y a la concentración del capital. Por eso, cualquier salida que le pretendan dar no hará más que incubar –redoblada– la siguiente crisis, si los explotados del mundo se lo permitimos.
Es un sistema que se basa en la explotación para extraer, del trabajo vivo del hombre, la riqueza en función de engrosar los bolsillos de unos pocos y condenar a la tercera parte de la humanidad a vivir con dos dólares diarios. Por eso, la escasez de alimentos y de energía con las que continuamente nos quieren aterrorizar, no es más que un gran cuento para ocultar que es su insaciable sed de ganancias y su gigantesca especulación la que provoca esa escasez. ¿Acaso alguien puede sostener seriamente que el propio capitalismo no ha sido capaz de crear la capacidad de alimentar/comunicar/iluminar al conjunto de la humanidad, excepto cuando hacerlo en ciertas regiones del planeta no le genera ganancias?
El papel del Estado capitalista, sea del color que sea el gobierno que lo administre, ha quedado impúdicamente al desnudo: defender los intereses de quienes detentan el poder y “rescatarlos” cuando se hace necesario. No por falta de ideas más originales, Bush –con el voto positivo de la fórmula “Obama-MacCain”– y el resto de los países centrales –Europa, Japón– lanzaron la GRAN CAVALLO: estatizar la deuda de los banqueros, tanto nacionales como extranjeros, utilizando los impuestos que le cobran al conjunto de la población. El método de la estafa no es nuevo. Pero las cifras que llegan a los doce ceros representan la mayor transferencia histórica hecha, de un plumazo, del bolsillo de los trabajadores al bolsillo de los dueños del poder.
La fórmula “Obama-MacCain” dejó a la vista que, en lo central, no tienen diferencias, ni en el salvataje ni en aquello de lo que nadie habla pero todos votan: el presupuesto para la guerra exterior. No es casual que las cifras de ambos ítems se asemejen tanto: US$ 700.000 millones de “salvataje” a los bancos, y 800.000 millones para la guerra. Y así como viene creciendo el presupuesto para la guerra desde hace años, con el apoyo de los demócratas, también es previsible que, en medio de esta crisis, se profundice la dinámica guerrerista del imperio americano: la guerra es una política de Estado.
La crisis ya tiene, y tendrá cada vez más, su correlato en la economía “real” del mundo. Sólo en Estados Unidos, en septiembre más de 150.000 personas perdieron sus trabajos y cerca de 900.000 lo hicieron en lo que va del 2008.
En la Argentina, a pesar de que el gobierno les implore de mil maneras que no lo hagan, las automotrices, la construcción y otros sectores ya anunciaron suspensiones y despidos. Ante esto, Moyano declaró vergonzosamente que la CGT renuncia al reclamo de $500 para fin de año, dadas las dificultades de los patrones a escala nacional e internacional. ¿Y las “dificultades” de los trabajadores?: Ni hablar.
Como si esto fuera poco, la Sociedad Rural y la FAA se movilizan otra vez exigiéndole ahora al Gobierno que les subsidie la baja de los commodities, con la excusa de la sequía, para que todos los trabajadores sigamos siendo rehenes de su monopolio sobre la producción agropecuaria. Todo esto, con la entusiasta Vilma Ripoll colgada del brazo de Buzzi.
Para los trabajadores que han salido a pelear, la respuesta del gobierno kirchnerista ha sido represión, persecución, judicialización y cárcel. Algunos son los trabajadores de Las Heras presos desde hace más de dos años, los del Casino, Mafisa, Fate, etc. Queda a las claras el cinismo del discurso del Gobierno sobre derechos humanos con la criminal denegación del asilo político a los seis campesinos paraguayos que llevan más de dos meses en huelga de hambre, corriendo serio peligro sus vidas.
La crisis se derrumba sobre nuestras espaldas como trabajadores y también lo hace y lo hará como estudiantes porque la educación universitaria no permanece al margen. Se calcula que la UBA necesita $2.450 millones para funcionar medianamente. No obstante, para el 2009, el presupuesto nacional le asigna menos de $1.500 millones. Y partiendo de que se prevé una baja en la recaudación fiscal, no pueden descartarse ajustes de todo tipo. Teniendo en cuenta que en los últimos años de récords recaudatorios y reservas abultadas, la UBA ya registraba un déficit presupuestario, la perspectiva es más bien oscura. En esta situación, las promesas del Ministerio de Educación de rentas para los ad-honorem de Filo, y del decano Trinchero sobre la construcción de aulas parecen más espejitos de colores que otra cosa.
En este contexto, en el Congreso se están discutiendo diferentes proyectos para una nueva ley de educación superior que el Gobierno anunció en marzo pasado su intención de sancionar antes de fin de este año. Aún no se conoce el proyecto oficial guardado bajo siete llaves y, al margen de si las condiciones le permiten concretarlo ahora, Cristina Kirchner trazó sus lineamientos fundamentales: articulación de lo académico con lo económico, unir gestión pública con gestión privada y discutir qué debe entenderse por autonomía universitaria. Con un discurso “progresista” y de “compromiso social”, se profundiza la LES menemista avanzando en una educación universitaria aún más al servicio de las empresas, continuando en la privatización de diversas esferas, degradando títulos de grado con títulos intermedios y creando carreras de primera importancia y carreras de segunda (¡adiviná en qué nivel quedará Filo!).
En este sentido debe entenderse lo votado el 17 de octubre por la Asamblea Universitaria de la UBA, en la discusión sobre la reforma del Estatuto. En esa primera instancia, se sancionaron el principio de autonomía universitaria “con responsabilidad social”, las tareas de extensión y educación “como bien social y público” y la gratuidad del ciclo de grado manteniendo los posgrados arancelados. A principios del año que viene se tratarían el cogobierno y el estatus del CBC, entre otros temas.
Así estamos, y la situación general no da indicios de mejorar. Particularmente en Filo las condiciones más elementales de cursada siguen ausentes: aulas superpobladas, estudiantes en los pisos, decenas de docentes ad-honorem, paredes de durlock, escasez de horarios… y siguen las firmas.
Durante este año, la participación de los estudiantes se ha dejado ver en torno a la discusión “Campo vs. Gobierno” y, sobre todo, con asambleas y actividades ante los paros docentes por reclamos salariales. Sin embargo, este saludable asomo de protagonismo estudiantil, más masivo que lo “habitual”, no alcanza ante las necesidades que tenemos.
Por eso es vital que discutamos masiva y cotidianamente nuestros problemas y cómo enfrentarlos con las mejores herramientas que nos demos. Tanto la FUBA como varios centros de estudiantes que, desde hace años, se encuentran en manos de organizaciones de izquierda (el CeFyL en particular con diferentes frentes desde 1998) no responden a esta necesidad. En ellos nada ha cambiado de fondo: han sido y son expendedores de servicios más o menos “honestos”; cáscaras vacías de estudiantes; congresos y reuniones más o menos clandestinas y burocráticas; representantes que no representan a nadie.
La disputa entre los sectores capitalistas expresados por “el campo” y “el gobierno nacional” produjo ciertos realineamientos políticos. Por ejemplo, los integrantes del Frente que presidía el CeFyL, hoy se presentan divididos.
Vergüenza ajena produjo y sigue produciendo el acompañamiento a los sectores capitalistas del campo por el MST, PCR e IS. Podrán decir cualquier cosa para intentar una justificación pero lo relevante es cuáles intereses –quieran o no– apoyaron y apoyan.
Por otro lado, está PTS-En Clave Roja-Pan y Rosas-Ceprodh-No Pasarán –¿alguien duda que sean todos lo mismo; es decir, el PTS?– quien descubrió la “fórmula mágica” para los explotados aplicable a todo enfrentamiento entre sectores de clase capitalista: “Ni con uno ni con otro, yo argentino...”. Desde nuestra óptica, no había ni hay que apoyar a ninguno de los dos sino que hay que llamar a enfrentarlos a ambos. ¡Cómo no va a ser nuestra esa pelea, si las cuentas las pagamos nosotros!
El PO, ahora, se encuentra noviando con esta misma política. Tras caracterizar la “pueblada” en marzo, llegó a la “pelea intercapitalista”, pasando por el ininteligible “contra el golpe y el autogolpe”. Claro que luego de tomarse varios meses para “darse cuenta” de que estaba en un Frente (o alianza) con quienes apoyaron “al campo”, retirándose del Frente con la excusa de una bandera malversada en el Encuentro Nacional de Mujeres en Neuquén (¡como si ellos mismos no hubieran usado mil y una vez las banderas del CeFyL y de la FUBA sin consultar a ningún estudiante!).
Estas políticas erráticas=oportunistas han tenido su correlato en la actuación que llevaron adelante todas las corrientes integrantes de la conducción del CeFyL en los últimos años ante los problemas más resonantes que enfrentamos: por ejemplo, la elección del rector; la lucha democrática de los secundarios del Buenos Aires; y la supuesta actual oposición a los proyectos oficialistas de reforma del Estatuto. Todos sus reclamos van encaminados a lograr un lugarcito bajo el sol de la institucionalidad “académica”. Es decir, bajo la consigna de “cogobierno estudiantil” –inconsulta y burocrática–, todos ellos buscan negociar con las autoridades una mayor cuota de poder, sobre la base de una más ficticia que real representación estudiantil.
Entretanto, la abrumadora mayoría de los estudiantes desconoce de qué se trata; nadie se esfuerza en que lo conozcan y, en consecuencia, casi nada pueden opinar al respecto.
No es de extrañar este comportamiento proveniente de las mismas corrientes que, en el último año –por lo menos– han ocupado espacios de lucha mediáticos, pero vacíos de estudiantes, por ejemplo contra la fraudulenta designación de Hallú –que luego respaldaron– o que sólo salen a “apoyar a los docentes”, como si los estudiantes no tuviéramos problema alguno. Por eso, entre muchas otras cosas, te piden el voto una vez al año, como tu única forma de participación funcional a que ellos queden al frente de las instituciones y se arroguen la representación de tus reclamos.
Es lo mismo que han hecho, con trágicos resultados, en conflictos obreros como el Casino, Dana, Fresenius, Mafisa o Fate (en este caso, en particular, el llamado “Nuevo MAS”) donde, arrancando de legítimas reivindicaciones, lograron el resultado de cientos de despidos por la vía de alentar entre los trabajadores el camino de la negociación en los pasillos del Ministerio de Trabajo, como si éste fuera independiente de los intereses de las grandes patronales. Son las mismas que han priorizado en todas las luchas obreras el rédito de obtener un militante más, así sea a costa de cientos de trabajadores despedidos.
También nos parece estéril, en este contexto, proclamar un independientismo “puro”, sin definir de quién se es independiente: ¿de la burguesía?, ¿de los aparatos de la izquierda?, ¿del posmodernismo ubicuo?…, ¿de quién?
Si a esto le sumamos que el comportamiento de todas estas corrientes, viejas conocidas de todos nosotros, se asienta en el mecanismo caduco de la “representación”, tenemos completo el cuadro de la descomposición en la que se sumergen las principales organizaciones políticas que actúan en la Facultad y que se postulan para dirigir/administrar el CeFyL: un Centro a espaldas de los estudiantes, hecho a la medida de sus necesidades burocráticas y/o de aparatito/aparatejo disfrazado con decenas de nombres inventados.
Los desafíos que tenemos planteados son muy grandes. La salida no se resuelve sólo con las luchas por las reivindicaciones mínimas cotidianas, aunque éstas son decisivas para acumular fuerzas. Para ellas necesitamos la participación y organización masiva y democrática, desde las aulas, de miles y miles de estudiantes. No porque suene bonito decirlo sino porque siendo miles de cabezas pensando y debatiendo y miles de brazos y piernas accionando, estaremos en mejores condiciones para avanzar.
Lo que nos hace falta, fogoneada por esas luchas cotidianas, es una batalla de la que casi nadie habla: organizarnos para ir acumulando poder popular capaz de, en el momento oportuno, disputar el poder a quienes hoy lo detentan. La única perspectiva de progreso para el conjunto de la sociedad pasa por una revolución de masas –asamblearia, democrática y socialista–, objetivo difícil, pero necesario y posible (más difícil es seguir viviendo como hasta ahora).
Por todo esto, te llamamos a apoyar con tu voto la Lista 17 –“Liga Socialista Revolucionaria y estudiantes independientes”–, como una forma de expresar que estás de acuerdo con algunas de estas ideas. Te llamamos a que no te dejes adormecer por el marketing político de los grandes medios de desinformación ni por las variables políticas de aquellos que buscan la cuadratura del círculo con recetas de curanderos del capitalismo o de su imposible humanización.
Durante y después de las elecciones te llamamos, sobre todo, a que seas protagonista en la construcción de una corriente política estudiantil anticapitalista, antiburocrática, socialista y revolucionaria que tenga como eje pelear en todos los terrenos por nuestro derecho a estudiar, impulsando todos los canales posibles de participación, sabiendo que nuestras necesidades no terminan en la puerta de la facultad.
Te llamamos a que defiendas tu elemental derecho a vivir, trabajar y estudiar para una vida que valga la pena ser vivida. Porque lo más difícil es seguir viviendo como hasta ahora.
Revolución Socialista
o más Barbarie Capitalista
Votá Lista 17
Libertad a los trabajadores presos de Las Heras
Libertad a los presos políticos paraguayos y chilenos en la Argentina
o más Barbarie Capitalista
Votá Lista 17
Libertad a los trabajadores presos de Las Heras
Libertad a los presos políticos paraguayos y chilenos en la Argentina
NO A LA EXTRADICION
Votá Lista 17
Liga Socialista Revolucionaria
y estudiantes independentes
Votá Lista 17
Liga Socialista Revolucionaria
y estudiantes independentes
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