PARAGUAY
El golpe institucional de la burguesía terrateniente, el imperialismo yanqui y el Vaticano, 
con la “bendición” de Lugo

a) Como es de público conocimiento, en los últimos días se produjo la destitución del presidente Fernando Lugo, luego de un juicio político sumarísimo en el parlamento paraguayo, de absoluta mayoría opositora.
Se trata sin dudas de un golpe de Estado (llámese “institucional” o “blanco”, como se le decía al golpe de 1973 en Uruguay, donde incluso se mantuvo la figura presidencial). El carácter institucional, legal, en nada cambia su esencia. En todo caso, nos hace refrescar la vasta utilidad de las instituciones burguesas –para la burguesía, claro– que incluso tienen previstos los mecanismos que les permiten sacarse de encima a un presidente non grato (recordemos acá el caso de Cleto Cobos; ¿qué hubiese pasado en aquel momento de haber contado con una mayoría parlamentaria cercana al 80%).

b) El golpe se apoyó en una provocación montada el viernes 15 de junio en la localidad de Curuguaty, utilizando a la policía en torno al desalojo de campesinos de unas tierras cuya propiedad se adjudica un latifundista de apellido Riquelme. El operativo dejó un saldo de 17 muertos (6 policías y 11 campesinos), además de decenas de detenciones de campesinos con antecedentes en otras luchas previas, que fueron falsamente acusados de ser responsables de los hechos de Curuguaty. Montones de testimonios y pruebas halladas gracias a la movilización popular demuestran el carácter del operativo. [ver anexo “Semana trágica en Paraguay”, en Grupo de Reflexión Rural, www.grr.org.ar]

c) La respuesta del presidente Lugo fue hacer concesiones a la derecha, sustituyendo al Ministro del Interior y al Director Nacional de Policía por funcionarios del Partido Colorado. Esto es coherente con todo lo actuado por Lugo desde su asunción en el 2008. Con un discurso populista, de supuesta defensa de los derechos de los campesinos sin tierra, no hizo más que facilitar una mayor penetración militar de los yanquis en el país, con asesores y entrenadores de las fuerzas represivas, también provenientes del “plan Colombia”, con la excusa del cultivo extensivo de marihuana. Y, al igual que la Argentina, votó la “ley antiterrorista” dictada por Estados Unidos. Pero, como siempre sucede, las concesiones no logran calmar a la derecha, sino que la envalentonan. Y fueron por más: sometieron a Lugo a un juicio político sumarísimo, y lo destituyeron, catorce meses antes de que concluyera su mandato.

d) El trasfondo de estos acontecimientos es la realidad social y económica del Paraguay. Allí el problema de la tierra tiene absoluta relevancia. De sur a norte y de este a oeste, el territorio es utilizado para el cultivo intensivo de semillas transgénicas (soja, arroz, maíz, algodón y diversas hortalizas) manejadas por grandes multinacionales como Monsanto y Cargill. Esto requiere del constante desplazamiento de campesinos, por lo que éstos son los principales protagonistas de las luchas y, en consecuencia, son constantemente perseguidos. [ver anexo “Monsanto golpea en Paraguay”, en www.atilioboron.com.ar] 
Podemos decir, entonces, que el golpe se da para fortalecer los intereses de las grandes compañías internacionales, socias de los grandes terratenientes locales.

e) Además de las multinacionales y los latifundistas, el otro gran actor del golpe es la Iglesia Católica, como estamos tan acostumbrados en particular en la Argentina. No sólo fueron los primeros en hacer llegar su solidaridad y reconocimiento al nuevo gobierno de Federico Franco, sino que el propio presidente de la Conferencia Episcopal se presentó ante Lugo el jueves 21 para pedirle que renuncie “para evitar un derramamiento de sangre”. Y el nuncio apostólico fue el primero en visitar a Franco en su primer día de gobierno, “para honrar a las autoridades del país” en su calidad de embajador del Vaticano. Es que Roma nunca le iba a perdonar al ex obispo Lugo su pasado como cura tercermundista.

f) Es ineludible señalar el papel jugado por el propio Lugo en el golpe. Nosotros tenemos una tradición señalando las limitaciones de estos gobiernos “progresistas” en nuestro continente que, ante cualquier arremetida, prefieren ser fieles a su clase (la burguesía) antes que dar pasos que puedan alentar la lucha popular. Tenemos los ejemplos de Perón huyendo en la cañonera paraguaya, Vargas suicidado, Allende suicidado, el propio Chávez en el 2002 asumiendo su retiro, aunque la acción independiente del movimiento de masas, apoyada por la insurrección de un sector de la fuerza aérea, derrotó el golpe y volvió a colocarlo en el poder.
Todos estos gobernantes han expresado con claridad su subordinación a los intereses de clase que representan, antes que alentar el armamento para una acción decidida del movimento de masas que podría derivar en una revolución que pusiese en riesgo el poder capitalista. Recuerden también las palabras de Ricardo Napurí el último 1º de Mayo en nuestro local: “Hay que sacar lecciones: los que se llaman estalinistas o reformistas, cuando ven la revolución, capitulan. No tenemos que remitirnos a ejemplos tan lejanos como la fuga de Perón en la cañonera paraguaya, o el suicidio de Allende… Todos, todos, los gobiernos populistas no dan el salto cualitativo cuando asoma el problema de la revolución.

g) Aquí en la Argentina, tuvimos una muestra de esta realidad cuando seis campesinos (militantes del Partido Patria Libre de Paraguay) buscaron asilo político en este país en el 2004, dado que se les adjudicaba la responsabilidad por el secuestro y asesinato de la hija del ex presidente Raúl Cubas. La respuesta del gobierno argentino fue la cárcel y la posterior extradición, en diciembre de 2008, a sabiendas de que iban a ser sometidos a una farsa judicial en su país. En su momento, hicimos diversas actividades de apoyo a los campesinos y contra la extradición, con un hito en la proyección de la película “Chokokue”, con posterior debate, en la Facultad de Filosofía y Letras, donde también hicimos una agitación importante por este tema en el marco de nuestra campaña electoral para Centro de Estudiantes en el 2008. [sobre este tema ver “Los paraguayos”, por Osvaldo Bayer, en www.pagina12.com.ar/ diario/contratapa/13-194951-2012-05-26.html]

h) Es imprescindible tener una posición respecto del golpe, primero definiéndolo como tal y, segundo, denunciando al gobierno argentino que retiró al embajador y se llena la boca hablando de democracia, pero ayer, 29 de junio –ante la actividad planteada por el grupo político al que pertenece Eduardo Soares– valló la esquina de la embajada en Las Heras y Agüero (al estilo de la que hay frente a la Casa Rosada), con un despliegue policial desmesurado.

BASTA de represión de los terratenientes,
su Estado y sus gobiernos
LIBERTAD a todos los campesinos presos

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