NO A LA EXTRADICION DE LOS CAMPESINOS PARAGUAYOS
REPUDIAMOS LAS DECISIONES DE CRISTINA KIRCHNER Y SU JUSTICIA "PROGRE"
LIBERTAD A LOS COMPAÑEROS Y A LOS 17 DETENIDOS EN LA MOVILIZACION POR SU LIBERACION
(23/10/2008 - Declaración de Liga Socialista Revolucionaria)
La Liga Socialista Revolucionaria expresa su enérgico repudio a la decisión tomada por la presidenta Cristina Kirchner, negando el asilo político a los seis campesinos paraguayos que buscaron refugio en la Argentina ante la persecución judicial montada por los tribunales heredados de Stroessner en Paraguay, que los acusan falsamente de haber atentado contra la vida de la hija de un ex presidente de ese país.La decisión presidencial equivale a una virtual condena a muerte para los compañeros que se encuentran sobrellevando casi 70 días de huelga de hambre para hacer oír su pedido.Además, esta medida deja al descubierto la hipocresía de la supuesta defensa de los Derechos Humanos de la que ha hecho ostentación este gobierno (y el previo, el de su marido), que se llena la boca hablando de los crímenes de pasadas dictaduras, pero condena a quienes luchan hoy o son perseguidos por las dictaduras capitalistas actuales, como es el caso de los campesinos en Paraguay, al igual que el de los que luchan por la tierra en Bolivia, Perú, Brasil, Ecuador o Venezuela (y, en la Argentina, de los seis trabajadores presos en Las Heras por participar de una pueblada reprimida contra una comisaría, en medio de la cual murió un policía).Al mejor estilo menemista de los jueces de la servilleta de Corach, los miembros de la Corte Suprema de [IN]Justicia, con excepción de Zaffaroni, votaron unánimemente a favor de la extradición de los compañeros, lo que significa, lisa y llanamente, entregarlos a una segura condena en su país. Así actúan los supuestos "garantistas" como Carmen Argibay. Es una actitud coherente con el alineamiento con la política exterior estadounidense que exige no negociar "con terroristas". Así les dicen a los luchadores populares, cuando los verdaderos terroristas -y no de un país sino del planeta- son ellos; es decir, los que se imponen sembrando el terror entre la población desde el manejo del poder que ejercen al frente del/los Estado/s. En un golpe que se parece a una verdadera "acción comando" (de la que participan los tres poderes del Estado), al mismo tiempo el gobernador Scioli -fiel discípulo del papa nazi Ratzinger y del falso "ingeniero" Blumberg- sale a pedir la baja de la edad para la imputabilidad de los "delitos graves". Como en lo que de ellos dependa, los problemas y dramas sociales van a seguir profundizándose, quieren poner a toda la sociedad a castigar a algún chivo expiatorio que, por supuesto, saldrá de las entrañas de los más pobres. A la vez, el parlamento provincial vota la prohibición total de fumar en locales con menos de ¡400 m2!, en una medida que nada tiene que ver con la protección de la salud y, en cambio, tiene todo que ver con la disciplina, la humillación, el adormecimiento y el sometimiento social que necesitan para una población que se adecue a las necesidades de la actual crisis económica del podrido sistema social que ellos defienden. No por casualidad, los grandes medios de la cadena monopólica [des]informativa nos han bombardeado en la última semana con cuatro o cinco casos de asaltos y crímenes conmovedores, mientras ellos siguen su festín de corrupción, tráfico de personas, trabajo esclavo, contaminación ambiental y de aguas supuestamente potables, venta indiscriminada de "paco" y otros opios mortíferos, más la publicitada venta de Extasis y otras drogas sintéticas en las fiestas electrónicas que se publicitan por todos los medios, como si se tratase de aspirinas... Pero, claro, siempre oponiéndose con fervor a la legalización de las drogas, porque eso acabaría con el descomunal negocio del que participan políticos, jerarcas sindicales, jueces, fuerzas policiales, del servicio penitenciario, de prefectura y de gendarmería: es infinito el rédito que se puede obtener de la vida/muerte de los pobres que ellos explotan y cuyas megaganancias se lavan en los bancos de Nueva York, cuyo salvataje hoy nos imponen a todos los explotados del planeta.No es una casualidad que todo esto ocurra bajo el gobierno de una Argentina que, con la excusa del fabuloso negocio del tráfico de efedrina, que cualquier capitalista conocía, le pide oficialmente a la DEA que intervenga en el país, lo cual significa dar los mismos pasos con los que empezó la instrumentación del Plan Colombia; y a pocos meses de haber aceptado la reinstalación de la IV Flota en el Caribe para el control de toda América del Sur. ¡Y que no se llenen la boca diciendo pavadas contra la Presidenta los "opositores" burgueses, tipo PRO, Coalición Cívica, o "Cobos no positivos"!: todos ellos están de acuerdo en lo central, que es la represión -incluso a balazos, como contra Fuentealba; o la desaparición, como la de Julio López- de los trabajadores que levantan la cabeza; y la marginación y el que se maten entre ellos, para los más desprotegidos.Por todo esto, es una medida de simple autodefensa, casi de supervivencia, tomar conciencia y luchar por lograr que no se haga efectiva la extradición de los compañeros paraguayos y que se libere a los detenidos por manifestarse en su favor.Están muy bien las marchas que puedan realizar representantes de organizaciones opositoras al Gobierno. Pero es IMPRESCINDIBLE extender la difusión de este reclamo al conjunto de la sociedad, a todos los organismos de base, a todos los trabajadores, a la población en general y, en particular, a los organismos que defienden los Derechos Humanos. Nadie debe quedar al margen de pronunciarse con claridad respecto de este reclamo que es de vida o muerte para una sociedad que, mínimamente, pretenda respetar las libertades públicas y la "seguridad" de la población.Recoger firmas, organizar charlas, pegar adhesivos, pintar paredes o repartir panfletos... toda iniciativa popular debe ser alentada para multiplicar las voces que digan:

NO A LA EXTRADICION
ASILO POLITICO Y LIBERTAD YA A LOS CAMPESINOS PARAGUAYOS
Libertad a todos los compañeros que luchan por ellos
BUSCÁ DIFUSIÓN EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SI TENÉS CONTACTOS COMO PARA HACERLO: ¡LA VIDA DE LOS COMPAÑEROS ESTÁ TAMBIÉN EN TUS MANOS!!!
Para más información y adhesiones:
comisionparaguay@yahoo.com.ar, fidela_argentina@yahoo.com.ar, ladh@velocom.com

NO A LOS APARATOS

27 al 31 de octubre de 2008: Elecciones de Centro
NO A LOS APARATOS
Por una corriente anticapitlista,
antiburocrática, asamblearia,
socialista y revolucionaria


Entre el 27 y el 31 de octubre hay elecciones en Filosofía y Letras (UBA). Pero la situación en la que se realizan no es igual a ninguna otra.
La crisis que le estalló al gobierno de Estados Unidos no es producto del fracaso de un Bush o del “modelo neoliberal” como nos quieren hacer creer. Es la consecuencia lógica del sistema de acumulación capitalista que, desde hace tres décadas, acumuló el triple de capital especulativo-ficticio con respecto al total del PBI mundial.
A diferencia de los antiguos sistemas de producción, ésta es una crisis de sobreproducción (de mercancías y dinero) dada la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y a la concentración del capital. Por eso, cualquier salida que le pretendan dar no hará más que incubar –redoblada– la siguiente crisis, si los explotados del mundo se lo permitimos.
Es un sistema que se basa en la explotación para extraer, del trabajo vivo del hombre, la riqueza en función de engrosar los bolsillos de unos pocos y condenar a la tercera parte de la humanidad a vivir con dos dólares diarios. Por eso, la escasez de alimentos y de energía con las que continuamente nos quieren aterrorizar, no es más que un gran cuento para ocultar que es su insaciable sed de ganancias y su gigantesca especulación la que provoca esa escasez. ¿Acaso alguien puede sostener seriamente que el propio capitalismo no ha sido capaz de crear la capacidad de alimentar/comunicar/iluminar al conjunto de la humanidad, excepto cuando hacerlo en ciertas regiones del planeta no le genera ganancias?
El papel del Estado capitalista, sea del color que sea el gobierno que lo administre, ha quedado impúdicamente al desnudo: defender los intereses de quienes detentan el poder y “rescatarlos” cuando se hace necesario. No por falta de ideas más originales, Bush –con el voto positivo de la fórmula “Obama-MacCain”– y el resto de los países centrales –Europa, Japón– lanzaron la GRAN CAVALLO: estatizar la deuda de los banqueros, tanto nacionales como extranjeros, utilizando los impuestos que le cobran al conjunto de la población. El método de la estafa no es nuevo. Pero las cifras que llegan a los doce ceros representan la mayor transferencia histórica hecha, de un plumazo, del bolsillo de los trabajadores al bolsillo de los dueños del poder.
La fórmula “Obama-MacCain” dejó a la vista que, en lo central, no tienen diferencias, ni en el salvataje ni en aquello de lo que nadie habla pero todos votan: el presupuesto para la guerra exterior. No es casual que las cifras de ambos ítems se asemejen tanto: US$ 700.000 millones de “salvataje” a los bancos, y 800.000 millones para la guerra. Y así como viene creciendo el presupuesto para la guerra desde hace años, con el apoyo de los demócratas, también es previsible que, en medio de esta crisis, se profundice la dinámica guerrerista del imperio americano: la guerra es una política de Estado.
La crisis ya tiene, y tendrá cada vez más, su correlato en la economía “real” del mundo. Sólo en Estados Unidos, en septiembre más de 150.000 personas perdieron sus trabajos y cerca de 900.000 lo hicieron en lo que va del 2008.
En la Argentina, a pesar de que el gobierno les implore de mil maneras que no lo hagan, las automotrices, la construcción y otros sectores ya anunciaron suspensiones y despidos. Ante esto, Moyano declaró vergonzosamente que la CGT renuncia al reclamo de $500 para fin de año, dadas las dificultades de los patrones a escala nacional e internacional. ¿Y las “dificultades” de los trabajadores?: Ni hablar.
Como si esto fuera poco, la Sociedad Rural y la FAA se movilizan otra vez exigiéndole ahora al Gobierno que les subsidie la baja de los commodities, con la excusa de la sequía, para que todos los trabajadores sigamos siendo rehenes de su monopolio sobre la producción agropecuaria. Todo esto, con la entusiasta Vilma Ripoll colgada del brazo de Buzzi.
Para los trabajadores que han salido a pelear, la respuesta del gobierno kirchnerista ha sido represión, persecución, judicialización y cárcel. Algunos son los trabajadores de Las Heras presos desde hace más de dos años, los del Casino, Mafisa, Fate, etc. Queda a las claras el cinismo del discurso del Gobierno sobre derechos humanos con la criminal denegación del asilo político a los seis campesinos paraguayos que llevan más de dos meses en huelga de hambre, corriendo serio peligro sus vidas.
La crisis se derrumba sobre nuestras espaldas como trabajadores y también lo hace y lo hará como estudiantes porque la educación universitaria no permanece al margen. Se calcula que la UBA necesita $2.450 millones para funcionar medianamente. No obstante, para el 2009, el presupuesto nacional le asigna menos de $1.500 millones. Y partiendo de que se prevé una baja en la recaudación fiscal, no pueden descartarse ajustes de todo tipo. Teniendo en cuenta que en los últimos años de récords recaudatorios y reservas abultadas, la UBA ya registraba un déficit presupuestario, la perspectiva es más bien oscura. En esta situación, las promesas del Ministerio de Educación de rentas para los ad-honorem de Filo, y del decano Trinchero sobre la construcción de aulas parecen más espejitos de colores que otra cosa.
En este contexto, en el Congreso se están discutiendo diferentes proyectos para una nueva ley de educación superior que el Gobierno anunció en marzo pasado su intención de sancionar antes de fin de este año. Aún no se conoce el proyecto oficial guardado bajo siete llaves y, al margen de si las condiciones le permiten concretarlo ahora, Cristina Kirchner trazó sus lineamientos fundamentales: articulación de lo académico con lo económico, unir gestión pública con gestión privada y discutir qué debe entenderse por autonomía universitaria. Con un discurso “progresista” y de “compromiso social”, se profundiza la LES menemista avanzando en una educación universitaria aún más al servicio de las empresas, continuando en la privatización de diversas esferas, degradando títulos de grado con títulos intermedios y creando carreras de primera importancia y carreras de segunda (¡adiviná en qué nivel quedará Filo!).
En este sentido debe entenderse lo votado el 17 de octubre por la Asamblea Universitaria de la UBA, en la discusión sobre la reforma del Estatuto. En esa primera instancia, se sancionaron el principio de autonomía universitaria “con responsabilidad social”, las tareas de extensión y educación “como bien social y público” y la gratuidad del ciclo de grado manteniendo los posgrados arancelados. A principios del año que viene se tratarían el cogobierno y el estatus del CBC, entre otros temas.
Así estamos, y la situación general no da indicios de mejorar. Particularmente en Filo las condiciones más elementales de cursada siguen ausentes: aulas superpobladas, estudiantes en los pisos, decenas de docentes ad-honorem, paredes de durlock, escasez de horarios… y siguen las firmas.
Durante este año, la participación de los estudiantes se ha dejado ver en torno a la discusión “Campo vs. Gobierno” y, sobre todo, con asambleas y actividades ante los paros docentes por reclamos salariales. Sin embargo, este saludable asomo de protagonismo estudiantil, más masivo que lo “habitual”, no alcanza ante las necesidades que tenemos.
Por eso es vital que discutamos masiva y cotidianamente nuestros problemas y cómo enfrentarlos con las mejores herramientas que nos demos. Tanto la FUBA como varios centros de estudiantes que, desde hace años, se encuentran en manos de organizaciones de izquierda (el CeFyL en particular con diferentes frentes desde 1998) no responden a esta necesidad. En ellos nada ha cambiado de fondo: han sido y son expendedores de servicios más o menos “honestos”; cáscaras vacías de estudiantes; congresos y reuniones más o menos clandestinas y burocráticas; representantes que no representan a nadie.
La disputa entre los sectores capitalistas expresados por “el campo” y “el gobierno nacional” produjo ciertos realineamientos políticos. Por ejemplo, los integrantes del Frente que presidía el CeFyL, hoy se presentan divididos.
Vergüenza ajena produjo y sigue produciendo el acompañamiento a los sectores capitalistas del campo por el MST, PCR e IS. Podrán decir cualquier cosa para intentar una justificación pero lo relevante es cuáles intereses –quieran o no– apoyaron y apoyan.
Por otro lado, está PTS-En Clave Roja-Pan y Rosas-Ceprodh-No Pasarán –¿alguien duda que sean todos lo mismo; es decir, el PTS?– quien descubrió la “fórmula mágica” para los explotados aplicable a todo enfrentamiento entre sectores de clase capitalista: “Ni con uno ni con otro, yo argentino...”. Desde nuestra óptica, no había ni hay que apoyar a ninguno de los dos sino que hay que llamar a enfrentarlos a ambos. ¡Cómo no va a ser nuestra esa pelea, si las cuentas las pagamos nosotros!
El PO, ahora, se encuentra noviando con esta misma política. Tras caracterizar la “pueblada” en marzo, llegó a la “pelea intercapitalista”, pasando por el ininteligible “contra el golpe y el autogolpe”. Claro que luego de tomarse varios meses para “darse cuenta” de que estaba en un Frente (o alianza) con quienes apoyaron “al campo”, retirándose del Frente con la excusa de una bandera malversada en el Encuentro Nacional de Mujeres en Neuquén (¡como si ellos mismos no hubieran usado mil y una vez las banderas del CeFyL y de la FUBA sin consultar a ningún estudiante!).
Estas políticas erráticas=oportunistas han tenido su correlato en la actuación que llevaron adelante todas las corrientes integrantes de la conducción del CeFyL en los últimos años ante los problemas más resonantes que enfrentamos: por ejemplo, la elección del rector; la lucha democrática de los secundarios del Buenos Aires; y la supuesta actual oposición a los proyectos oficialistas de reforma del Estatuto. Todos sus reclamos van encaminados a lograr un lugarcito bajo el sol de la institucionalidad “académica”. Es decir, bajo la consigna de “cogobierno estudiantil” –inconsulta y burocrática–, todos ellos buscan negociar con las autoridades una mayor cuota de poder, sobre la base de una más ficticia que real representación estudiantil.
Entretanto, la abrumadora mayoría de los estudiantes desconoce de qué se trata; nadie se esfuerza en que lo conozcan y, en consecuencia, casi nada pueden opinar al respecto.
No es de extrañar este comportamiento proveniente de las mismas corrientes que, en el último año –por lo menos– han ocupado espacios de lucha mediáticos, pero vacíos de estudiantes, por ejemplo contra la fraudulenta designación de Hallú –que luego respaldaron– o que sólo salen a “apoyar a los docentes”, como si los estudiantes no tuviéramos problema alguno. Por eso, entre muchas otras cosas, te piden el voto una vez al año, como tu única forma de participación funcional a que ellos queden al frente de las instituciones y se arroguen la representación de tus reclamos.
Es lo mismo que han hecho, con trágicos resultados, en conflictos obreros como el Casino, Dana, Fresenius, Mafisa o Fate (en este caso, en particular, el llamado “Nuevo MAS”) donde, arrancando de legítimas reivindicaciones, lograron el resultado de cientos de despidos por la vía de alentar entre los trabajadores el camino de la negociación en los pasillos del Ministerio de Trabajo, como si éste fuera independiente de los intereses de las grandes patronales. Son las mismas que han priorizado en todas las luchas obreras el rédito de obtener un militante más, así sea a costa de cientos de trabajadores despedidos.
También nos parece estéril, en este contexto, proclamar un independientismo “puro”, sin definir de quién se es independiente: ¿de la burguesía?, ¿de los aparatos de la izquierda?, ¿del posmodernismo ubicuo?…, ¿de quién?
Si a esto le sumamos que el comportamiento de todas estas corrientes, viejas conocidas de todos nosotros, se asienta en el mecanismo caduco de la “representación”, tenemos completo el cuadro de la descomposición en la que se sumergen las principales organizaciones políticas que actúan en la Facultad y que se postulan para dirigir/administrar el CeFyL: un Centro a espaldas de los estudiantes, hecho a la medida de sus necesidades burocráticas y/o de aparatito/aparatejo disfrazado con decenas de nombres inventados.
Los desafíos que tenemos planteados son muy grandes. La salida no se resuelve sólo con las luchas por las reivindicaciones mínimas cotidianas, aunque éstas son decisivas para acumular fuerzas. Para ellas necesitamos la participación y organización masiva y democrática, desde las aulas, de miles y miles de estudiantes. No porque suene bonito decirlo sino porque siendo miles de cabezas pensando y debatiendo y miles de brazos y piernas accionando, estaremos en mejores condiciones para avanzar.
Lo que nos hace falta, fogoneada por esas luchas cotidianas, es una batalla de la que casi nadie habla: organizarnos para ir acumulando poder popular capaz de, en el momento oportuno, disputar el poder a quienes hoy lo detentan. La única perspectiva de progreso para el conjunto de la sociedad pasa por una revolución de masas –asamblearia, democrática y socialista–, objetivo difícil, pero necesario y posible (más difícil es seguir viviendo como hasta ahora).
Por todo esto, te llamamos a apoyar con tu voto la Lista 17 –“Liga Socialista Revolucionaria y estudiantes independientes”–, como una forma de expresar que estás de acuerdo con algunas de estas ideas. Te llamamos a que no te dejes adormecer por el marketing político de los grandes medios de desinformación ni por las variables políticas de aquellos que buscan la cuadratura del círculo con recetas de curanderos del capitalismo o de su imposible humanización.
Durante y después de las elecciones te llamamos, sobre todo, a que seas protagonista en la construcción de una corriente política estudiantil anticapitalista, antiburocrática, socialista y revolucionaria que tenga como eje pelear en todos los terrenos por nuestro derecho a estudiar, impulsando todos los canales posibles de participación, sabiendo que nuestras necesidades no terminan en la puerta de la facultad.
Te llamamos a que defiendas tu elemental derecho a vivir, trabajar y estudiar para una vida que valga la pena ser vivida. Porque lo más difícil es seguir viviendo como hasta ahora.


Revolución Socialista
o más Barbarie Capitalista
Votá Lista 17

Libertad a los trabajadores presos de Las Heras
Libertad a los presos políticos paraguayos y chilenos en la Argentina
NO A LA EXTRADICION
Votá Lista 17
Liga Socialista Revolucionaria
y estudiantes independentes
2/10/2008 LA CRISIS FINANCIERA TIENE NOMBRES Y APELLIDO:
TIMBA CAPITALISTA MUNDIAL
(Declaración de la Liga Socialista Revolucionaria)

La crisis que le estalló en las manos al gobierno de Estados Unidos no es el fracaso de un Bush ni de un “modelo neoliberal”, sino del colapso del sistema financiero capitalista mundial. Es la lógica del proceso de acumulación capitalista que, desde hace tres décadas, acumuló tres veces más capital especulativo (ficticio) que el 100% del PBI mundial.
A diferencia de los antiguos sistemas sociales de producción, esta crisis –tal como lo definiera Marx ya en el siglo xix– es una crisis de sobreproducción (de mercancías y de dinero), dada la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y a la concentración del capital. No es casual que la cifra del “rescate” se asemeje tanto a la del presupuesto de guerra: US$ 700.000 millones, contra 800.000.
Sea cual sea la salida que se propongan, la cuenta la pagaremos todos los explotados, empezando por la clase obrera norteamericana y siguiendo por todos los explotados del mundo, incluyendo a la Argentina, por mucho que le pese a Cristina Kirchner. La salida de esta crisis no hará más que preparar la entrada a la próxima, si los explotados del mundo se lo permitimos.

La peste se venía incubando
La crisis financiera desatada el año pasado por el negociado de las “hipotecas basura” (o préstamos subprime) pegó un salto en calidad en las últimas semanas.
Estados Unidos experimentó la quiebra, la nacionalización y el rescate de la mayor empresa aseguradora del mundo (AIG, con activos por un billón de dólares); de dos de los cinco principales bancos de inversión (Lehman Brothers y Merrill Lynch), y de las dos mayores agencias hipotecarias (Fannie Mae y Freddie Mac): el valor de sus papelitos de colores se fue al piso.
No por escasez de ideas más originales, Bush lanzó la GRAN CAVALLO: estatizar la deuda de los banqueros, tanto nacionales como extranjeros, utilizando fondos del Tesoro, es decir de los impuestos que le cobró a la clase media y a la clase trabajadora, y que se negó a cobrarles a los más ricos durante toda su gestión.
Por si a alguien le quedaban dudas de que la discusión en el Congreso estadounidense es quién paga la crisis, los capitalistas de Wall Street no dudaron en “evaporar” del mercado financiero la friolera de US$ 1,2 billones (unas cinco veces el PBI de la Argentina) en un par de minutos.
La crisis cruzó el Atlántico y se instaló en Europa, así como cruzó el Pacifico para instalarse en Asia. Así, en pleno debate del salvataje en el senado estadounidense, que concluyó con la aprobación de 75 contra 24, con el voto positivo de la nueva fórmula presidencial "Obama-Mac Cain", en Italia los timberos hicieron temblequear a los dos principales bancos nacionales, cuyas acciones, en esa sola jornada, bajaron un 30%.
La pérdida de puestos de trabajo en Estados Unidos asciende a 750.000 en lo que va del año; sólo en septiembre se perdieron 150.000 empleos.
Lo asombroso no es el método de la estafa sino el tamaño de la misma: los US$ 700.000 millones representan la mayor transferencia histórica hecha, de un plumazo, del bolsillo de los trabajadores al bolsillo de los dueños del poder.

¿Se cae el capitalismo?
NO. El capitalismo no se cae si “alguien” no lo derrota y lo entierra. Lo que se cae, lo que se derrumba, es su crisis sobre nuestras espaldas, con mayor desempleo, con alzas de precios, con salarios miserables, con mayor militarización y represión, y con posibilidades ciertas de que la guerra económica pase al plano atómico de manera abierta, terreno que vienen preparando desde Afganistán, Iraq y el Cáucaso, llegando hasta la ofensiva en América latina, contra los gobiernos populares de Venezuela y Bolivia.

¿Hay un “programa obrero” frente a la crisis?
Ante semejante panorama de crisis y barbarie capitalista, la salida no se resuelve con las luchas por las reivindicaciones mínimas (salario, empleo, jubilaciones, etc.). Éstas son decisivas para acumular fuerza en el seno de los explotados. Pero lo que nos hace falta, fogoneada por esas pequeñas luchas cotidianas en las que tenemos el deber de participar, es una batalla de la que casi nadie habla: organizarnos para ir acumulando poder popular capaz de, en el momento oportuno, disputar el poder a quienes hoy lo detentan. Y echar a los timberos-asaltantes capitalistas para instaurar un poder opuesto al suyo: el de las mayorías explotadas y oprimidas.
A partir de allí, de la conformación de un nuevo Estado y un nuevo poder, podríamos instrumentar medidas como las recomendadas por Trotsky en el Programa de Transición. Un programa concebido para ser aplicado por organismos de doble poder, en una etapa revolucionaria de masas (no es precisamente la situación actual, en la Argentina ni en el mundo, lamentablemente).
Desde la LSR, rechazamos las propuestas demagógicas destinadas a “endulzar los oídos” de los sectores populares, tal como hacen Cristina Kirchner, Elisa Carrió y la mayoría de las corrientes de izquierda, que se ufanan de tener un programita de “medidas todopoderosas”, aplicables en cualquier momento y lugar.
Desde que asumió Néstor Kirchner en el 2003, venimos alertando acerca de que la bonanza económica de su gobierno tiene que ver con circunstancias internacionales excepcionales (alza desmesurada de los precios de los commodities, por ejemplo) y no con una política antimperialista propia. Por lo tanto, hoy, la Argentina capitalista es una hoja al viento sujeta a la crisis que viven los mercados internacionales –en particular Estados Unidos– por lo cual no vacilará en derramar mil penurias sobre los hombros de los explotados (ni que hablar de los “dueños del campo”, que ya empezaron su nueva toma de rehenes nacional para que no disminuya demasiado la sideral ganancia que llega a sus bolsillos sin hacer nada).
La crisis capitalista no tiene solución para el conjunto de la sociedad (dentro del capitalismo). La única perspectiva de progreso pasa por una revolución de masas –asamblearia, democrática y socialista– que entierre el poder de quienes hoy lo detentan. ¿Por qué no sería esto posible? ¿Acaso alguien pensaba en una revolución burguesa antes de 1789? ¿Dónde está escrito que los explotados no podemos hacernos del poder y encauzar el futuro de la humanidad? ¿No somos acaso nosotros quienes creamos todas las riquezas? ¿No somos acaso nosotros quienes podemos poner fin a esta caótica y anárquica economía capitalista, junto a todas sus lacras de degradación humana y depredación ecológica?
El objetivo es difícil. Sí. Pero es necesario y posible. Lo difícil es seguir viviendo como hasta ahora.
Lo peor es seguir buscando, a tientas –como hacen el grueso de las corrientes reformistas–, un supuesto paraíso en una realidad que sólo puede someternos a más miseria, más militarismo, más degradación social y más guerras, en aras de la ganancia capitalista.
Revolución socialista, o más guerras, más miseria,
y más barbarie capitalista

17/09/2008 Dos años sin Julio López

A DOS AÑOS DE SU DESAPARICIÓN
JULIO LÓPEZ TIENE QUE APARECER
Los Kirchner llegaron al gobierno gritando que iban a hacer respetar los Derechos Humanos. Se sostienen en el poder gracias a una inédita bonanza económica por los precios internacionales de los commodities, y a fuerza de engaños, de trabajadores presos, de persecución política y de una represión que se profundiza.
Enjuiciando a unos cuantos milicos descartables, pretenden ocultar la función de todo un Estado genocida y a la clase capitalista que lo dirige y sigue en el poder, por más voto "no positivo" que le aplique a alguna medida que pretenda quitar una moneda de sus bolsillos pletóricos de dólares mientras crecen la miseria y la desocupación entre la población trabajadora.
A dos años de su secuestro:
APARICIÓN CON VIDA DE JULIO LÓPEZ.
LIBERTAD: a los presos de Castelar y Haedo - a los seis trabajadores presos en Las Heras - a los 23 inquilinos presos por resistir los desalojos - a los seis militantes campesinos paraguayos que buscaron refugio ante el gobierno argentino que los metió presos - a los tres luchadores chilenos presos en Neuquén...
Todos presos políticos de los Kirchner que tienen más luchadores populares presos que Alfonsín, Menen y De la Rúa, todos juntos.
BASTA DE PERSECUCION A LOS TRABAJADORES QUE LUCHAN Y A SUS DELEGADOS ANTIBUROCRÁTICOS
NO A LA IMPUNIDAD DEL ESTADO GENOCIDA Y SUS DUEÑOS CAPITALISTAS
Fuera los agentes de la DEA convocados por el gobierno argentino para "combatir el narcotráfico" al mejor estilo "Plan Colombia". Basta de poner la masacre de la AMIA como "justificación" de la política exterior guerrerista de Estados Unidos en Medio Oriente contra los pueblos de Palestina, Irán, Iraq, Líbano y Siria.
Fuera yanquis de Bolivia, Venezuela y toda América latina.

QUE SE VAYAN TODOS los explotadores (nacionales y extranjeros), sus agentes políticos, judiciales, militares, policiales, sindicales y eclesiásticos. Para que se vayan HAY QUE ECHARLOS con la movilización popular organizada en miles de asambleas barriales, obreras, estudiantiles y campesinas de base, independientes del Estado, las patronales, sus gobiernos y los burocrátas y reformistas a su servicio.

por Ruth Werner y Facundo Aguirre
(Reproducido de La Verdad Obrera - PTS - Nº 294)


El sábado 30 de agosto por la tarde falleció el compañero Oscar Prada, también conocido como Sergio Domecq. Es difícil trazar su extensa trayectoria que recorrió gran parte de la historia viva de la lucha de clases de la Argentina de los años ‘60 y ‘70. Sergio Domecq mantuvo hasta sus últimos días sus convicciones socialistas y murió humildemente, en la cama de un hospital público de la ciudad de Punta Alta, la tierra que lo vio nacer.
Lo conocimos cuando comenzamos a investigar sobre la clase obrera y la formación de las coordinadoras interfabriles en la década del ‘70. Sabíamos de su larga militancia en la izquierda argentina, sus primeros pasos en la lucha de clases junto a los municipales de Bahía Blanca en 1956, su ingreso, poco tiempo después, al grupo trotskista Palabra Obrera orientado por Nahuel Moreno; su ruptura junto a Santucho fundando el PRT El Combatiente y su posterior militancia en la Liga Socialista Revolucionaria dirigida por él en los años ‘70.
En las varias entrevistas que realizamos, siempre fue una fuente inagotable de anécdotas que matizaban las largas charlas que sostuvimos. Sergio era un apasionado de la lucha de clases. Por eso nos contó de su participación en la gran huelga portuaria que dio origen a la Intervillas en 1967, la ocupación y control obrero de Mancusso y Rossi en los inicios de los ‘70 y la formación de la Coordinadora de Trabajadores en Lucha en 1974 bajo el impulso de la Federación Gráfica Bonaerense dirigida por Raimundo Ongaro. Era evidente para quien lo conocía su capacidad para relacionarse con los trabajadores que entraban en lucha.
Sergio Domecq estuvo exiliado en Suecia donde sobrevivió enseñando a bailar tango, que era la otra pasión que ocupaba su vida. Sin embargo decidió volver al país a fines de los ‘90 para retomar la actividad política. En sus últimos años estuvo vinculado a la Liga Socialista Revolucionaria y se volvió un crítico del leninismo.
Con nuestro partido mantuvo una relación fraternal y respetuosa pese a las diferencias que nos separaban. Reivindicaba sobre todo nuestra lucha por la democracia obrera y el esfuerzo teórico por poner en el centro de la estrategia revolucionaria la cuestión de los soviets y los consejos obreros. En sus últimos días nos acercamos a verlo al Hospital Ramos Mejía. Hasta que se lo permitió la salud bajaba de su habitación para darse una vuelta por las asambleas y aconsejaba a los activistas. Lamentamos su pérdida y compartimos el dolor de sus familiares y amigos.

5/09/2008 Hartazgo popular en los trenes del Oeste

Buenos Aires, 5 de septiembre de 2008
La Liga Socialista Revolucionaria repudia las declaraciones macartistas vertidas por el Gobierno a través de su ministro de “Justicia”, Aníbal Fernández, acusando a las organizaciones Partido Obrero, Movimiento Socialista de los Trabajadores y Proyecto Sur (a las que luego, como siempre, agregaron al grupo Quebracho) de un supuesto “complot” en los hechos de la estación Castelar.
El Gobierno pretende desconocer el creciente hartazgo social ante el abuso empresarial al que el pueblo se ve sometido día tras día por la voracidad capitalista de los beneficiarios de las privatizaciones menemistas que este gobierno dejó intactas.
Lejos de encarcelar trabajadores, quienes deberían estar tras las rejas son ellos: los empresarios y los funcionarios que los amparan en sus fraudulentas gestiones.
Además de desconocer la realidad, estas declaraciones y los encarcelamientos profundizan el peligroso curso antidemocrático y represivo instaurado por los Kirchner.
Exigimos la inmediata libertad de los detenidos y la anulación de todo proceso en su contra.
Libertad a los presos de Castelar y Haedo
Libertad a los trabajadores presos en Las Heras
Libertad a los seis militantes campesinos paraguayos presos en la Argentina
Libertad a los tres luchadores chilenos presos en Neuquén
Libertad a los 23 inquilinos que defendían su vivienda en Capital Federal
Basta de persecución a los trabajadores que luchan y a sus delegados antiburocráticos
Aparición con vida de Julio López, a dos años de su desaparición
EE.UU. y Rusia pulsean en el Cáucaso
(otro episodio de “Estados Unidos al asalto del mundo”)
Por A. Aten (13/8/2008)

En la noche del jueves 7 de agosto, pocas horas antes de que se iniciara la apertura de los 29º juegos olímpicos en Beijing, las tropas de Georgia atacan en su propia provincia autónoma y separatista de Osetia del sur a las tropas de los cascos azules rusos. En sólo minutos responde el gobierno de Rusia con un ataque aéreo y despliegue militar en "defensa de los ciudadanos rusos y de sus cascos azules como fuerza de paz ante el genocidio que está perpetuando el gobierno georgiano". En las 78 horas posteriores hubo una andanada de acusaciones de genocidio, tanto de parte de Georgia a Rusia, como de Rusia a Georgia. También hubo declaraciones de parte de los imperialismos europeos y estadounidense, cuyo resultado fue que el Consejo de Seguridad de la ONU se vio en la imposibilidad de emitir una resolución de cese de fuego aduciendo el argumento de que no había consenso, ya que Rusia imponía su veto. El presidente pro témpore de la Comunidad Europea Sarkozy va a Rusia y logra un principio de acuerdo para un cese de hostilidades, que dura sólo unas "horas". Mientras tanto continuaron las batallas, en las cuales las tropas rusas forzaron la retirada de las tropas georgianas, pero el resultado más importante de esta batalla es el traslado de más de 20.000 personas (de los 70.000 "rusos") de Osetia del sur a Osetia del norte, en principio, ya que se dice por los medios internacionales que esta cifra subiría a los 180.000 y la muerte de más de 2.500 personas (también como balance provisorio), en su mayoría civiles.
Para comprender esta situación, previamente hay que adquirir noción de la geopolítica que se está llevando a cabo en el área internacional. En el mundo multipolar que la humanidad vive desde el 2001 (con la caída de las torres gemelas, con la guerra en Afganistán, con la segunda guerra en Irak), EE.UU. avanza en la recolonización del planeta para superar de esta forma su crisis de "globalización" financiera y comercial, es decir sostenerse ante la caída de la tasa de ganancia del mercado mundo que vive hoy el sistema capitalista, y en lo fundamental manteniendo, desarrollando y sofisticando los mecanismos de dominación (opresiva y explotadora) del imperialismo, con manifestaciones de barbarie cada vez más acentuadas. La visión del imperialismo estadounidense sobre cómo controlar o apoderarse de las fuentes energéticas (petróleo y gas) no se limita al Oriente medio, sino que incluye a la zona de influencia de su viejo enemigo: Rusia.
La maquinaria industrial-militar tiene como objetivo central la recolonización de China, y para llevarlo a cabo implementa objetivos de corto y mediano alcances. En este sentido, los intentos de EE.UU. de apoyar a la revuelta de los monjes budistas en la ex Birmania que la denominaron "revolución azafrán", y la protesta de los seguidores del Dalai Lama para publicitar (usando los juegos olímpicos) la independencia del Tibet de China, son los mecanismos con que EE.UU. “prueba” a China. El objetivo de mediano alcance es Irán, y el objetivo de corto alcance es ahora el Cáucaso. La posición de los imperialismos europeos ante este conflicto está condicionada por su dependencia del petróleo caucásico, y sus referencias son con respecto al "plano humanitario" del conflicto.
El actual conflicto del Cáucaso constituye una escalada importante en lo que se refiere a la política de arrinconamiento de Rusia de parte de EE.UU. La causa central de la ofensiva militar rusa en Georgia es que como EE.UU. construyó el oleoducto y el gasoducto que recolecta el petróleo y el gas de todas las zonas petroleras del sur de Rusia, de las repúblicas caucásicas, las del mar Caspio y de Asia central, el norte de Iraq, se dirigen al mercado europeo atravesando el territorio de Turquía. Rusia resolvió (en 2005) transportar el petróleo y el gas de Siberia y el Cáucaso a Europa por la vía marítima del Mar Negro hacia Bulgaria y Grecia en los Balcanes (evitando en la ex Yugoslavia, a Croacia), y desde allí a Italia para que llegue al centro de Europa, reemplazando de esta forma la vía terrestre que tradicionalmente pasaba por Ucrania, cruzaba por Polonia y llegaba a Alemania.
Por Georgia pasan los oleoductos y gasoductos de los pozos del mar Caspio hacia los puertos del Mar Negro (ruta ex URSS) y desde el control yanki se desvía hacia Turquía. Esta zona productora está conformada por Azerbaiján, Kazajstán y Turkmenistán con una producción diaria de más de 2 millones de barriles de petróleo. Esta zona caspiana tiene una producción casi igual a la de Arabia Saudita. La desintegración de la ex URSS le dio el handicap estratégico a EE.UU. de controlar esta ruta energética, pero en los 2 últimos años Rusia se siente con el suficiente poder para recontrolar y recuperar a esta zona cambiando la ruta hacia occidente, fortaleciendo a sus gigantes “recuperados” el petrolero Yukos y el gasero Gazprom. La coyuntura económica del mes de julio, indica que el precio del petróleo bajó de 140 a 117 dólares el barril, por ello, y para mantener las ganancias de sus colosos energéticos, el gobierno ruso "aprovechó en minutos" la oportuna provocación del gobierno proyanki de Georgia.
Hay que conocer que desde hace 30 años en todas las ahora ex repúblicas soviéticas del sur se vive una confrontación de nacionalidades oprimidas contra el chovinismo gran ruso, que tiene una manifestación religiosa con el ascenso de la corriente musulmana. Hay que tener en cuenta el conflicto checheno.
En el BR Nº 82 del 1º de abril, decíamos: "La declaración de la independencia de Kosovo con respecto a Serbia forma parte de lo que parecería ser una nueva guerra fría de Estados Unidos –en el momento álgido de su recesión económica– contra Rusia". Y "En Rusia, el zar Putin, ahora primer ministro, está tratando de recomponer sus cualidades de superpotencia (en este caso como herencia del zarismo más que de la ex URSS), basado en los enormes potenciales energéticos en petróleo y gas. Reacciona al escudo misilístico que EE.UU. y su OTAN han desarrollado en Polonia y la República Checa, apuntando a Moscú. Estratégicamente, el oso ruso tiene una orientación de expansión comercial y política, tanto al este hacia China, como al oeste, en especial hacia Alemania". Hoy, habría que precisar que sí hay una guerra, comercial, entre EE.UU. y Rusia.
Hay que constatar que la "revolución naranja, democrática y pacífica” para desplazar al sector pro ruso en Ucrania era un paso táctico pero crucial de la estrategia del imperio yanki ante los procesos posteriores de la desintegración del "estado obrero soviético". Hay que constatar nuevamente que la "declaración de la independencia de Kosovo", el 17 de febrero de 2008, fue un paso importantísimo para EE.UU. para implementar la estrategia de controlar la ruta del petróleo entre Asia y Europa. Máxime cuando el territorio de Kosovo es más pequeño que la base militar estadounidense más grande del mundo, que se encuentra precisamente en Kosovo y se denomina Camp Bondsteel, de 350 kilómetros cuadrados, que ocupa también parte del territorio de la república de Macedonia, siendo este un estado artificial, que a pesar de ser un protectorado de hecho tiene el status formal con la denominación de república.
Con este norte, Bush propuso, en la Cumbre de la OTAN en Bucarest en marzo de 2008, la integración a la alianza atlántica de Ucrania, Kosovo y Macedonia. Rusia se opuso terminantemente a esto, y la medida se suspendió momentáneamente. Mientras tanto, unidades militares de Polonia y Georgia integran la fuerza europea de apoyo de EE.UU. en el norte de Afganistán.
En el cuadro de situación que presenta el Cáucaso, de un lado el gobierno de Georgia obedeciendo a los dictados de EE.UU. tiene el apoyo del gobierno de Azerbaiján en la región caucásica (por supuesto está descontado el apoyo de Turquía que es miembro de la OTAN), y por el otro lado, el gobierno ruso tiene el apoyo de Abjazia y Osetia del norte y Armenia. Todas repúblicas miembros, hasta 1992, de la ex URSS.
En el plano diplomático, en lo que se refiere a los argumentos (entiéndanse excusas), ambos presidentes (Dimitry Medveded de Rusia y Mijaeil Saakahsvili de Georgia), utilizan los términos de moda de los "derechos humanos", como los entiende la propaganda burguesa occidental, y se acusan mutuamente de genocidas.
Hay que precisar rigurosamente que este intento de desestabilización del Cáucaso (que es la mejor manera de presionar primero para desintegrar la influencia de Rusia después) tiene el mismo procedimiento con el cual se logró la desintegración de Yugoslavia. Primero, EE.UU. y Alemania acusaron a Serbia de centralista y genocida en Bosnia en 1995, y con esta política, EE.UU. con el apoyo de los imperialismos europeos concretaron la división de Yugoslavia en cuatro “republicas independientes”, garantizada mediante la ofensiva bélica dirigida por Bill Clinton y la OTAN con la cobertura de la ONU. Segundo, también mediante el ataque militar, se impuso la partición real aunque no formal de Kosovo como parte de Serbia, en 1999.
Este procedimiento que les funcionó muy bien en Yugoslavia no quiere decir que les funcione de la misma manera en el Cáucaso. Esta vez Rusia reaccionó rápidamente, recurriendo no sólo al Paneslavismo (movimiento nacionalista eslavo cristiano ortodoxo creado por el zarismo), sino a la acción bélica directa, ya que por su recuperación económica (desarrollada por Putin) y por tener acceso terrestre directo a Osetia del sur, cosa que no podía hacer en Yugoslavia.
La respuesta rusa en Georgia se realiza en minutos, y a diez días de la detención en Serbia (de parte del gobierno pro europeo que surgió de las urnas el 12 de marzo) y el traslado a Bélgica del ex presidente de Karadzic, para ser juzgado en el Tribunal Penal Internacional de La Haya por el genocidio de Sebrenitsa.
El oso ruso y el vaquero yanki están pulseando en el Cáucaso. El imperialismo yanki instó al gobierno de Georgia a presionar al oso (gobierno) ruso y recibió de éste un zarpazo. El nacionalista chovinista oso (gobierno) ruso aprovecha la situación y le pasa facturas por Serbia y por la desintegración de la ex URSS.
Hay que destacar que no se han destruido (de parte de Rusia) los oleoductos en Georgia sino que sólo han sido cerrados, y esto porque la guerra por el petróleo tiene a su gran comprador en Europa.
La disputa entre Rusia y EE.UU. es por quién provee al mercado europeo. Es una disputa que constituye un escenario más dentro de la escalada estadounidense lanzada “al asalto del mundo” (como la definiera en el 2001 Jorge Guidobono) a partir de la estrategia puesta en práctica al calor del 11S. Es una disputa por el control de las principales fuentes de riquezas energéticas del planeta, para lo cual Estados Unidos va dando pasos que lo acerquen al objetivo de ahogar y recolonizar al gigante chino en favor de los intereses de su imperio, buscando otros caminos tras su fracasada misión en Iraq y Afganistán.
No se trata de un enfrentamiento entre “buenos y malos” ni de una pelea entre “el mundo libre” y el “peligro ruso”, como cuando agitaban el fantasma del “comunismo” contra el mundo “occidental y cristiano”, como proclamaban en los tiempos de la guerra fría de la segunda posguerra mundial.
La constante es que, en esas disputas, la sangre la aportan los explotados y oprimidos del planeta. Y la dinámica es a más guerras y más estados policíacos, sean de oriente o de occidente, y se proclamen cristianos, judíos, musulmanes, budistas, católicos u ortodoxos, aunque se recubran con los ropajes formales de la democracia burguesa para consumar los más grandes genocidios de la historia.
En el siglo XXI cuando ya no existen los llamados "Estados Obreros", los marxistas revolucionarios debemos estudiar y elaborar políticas sobre las nuevas guerras que se ciernen sobre la humanidad, sobre el renacimiento de los nacionalismos reaccionarios alentados por las potencias imperialistas, y sobre las nuevas dimensiones que adquiere la lucha por los ritmos de la conciencia de clase para sí de los proletariados a escala internacional, por su emancipación de los yugos de la opresión y la explotación del sistema capitalista imperialista.
Los revolucionarios del siglo XXI debemos tener como guía la posición que Trotsky asumió en 1916 ante la guerra en los Balcanes: los internacionalistas irreconciliables debemos desarrollar la más férrea lucha contra los nacionalistas incurables.
26/6/2008: LA PELEA “ENTRE EL CAMPO Y EL GOBIERNO”
ES UNA GUERRA CONTRA VOS

Si hay algo que debería haber quedado en claro en estos meses de confrontación entre los sectores capitalistas del agro y los capitalistas representados por el gobierno –petroleros, industriales, privatizadas– es que la torta por la que se pelean es grande y por ello no hay medias tintas. Como dijo De Angeli: “Vamos por todo”. Y estas no son sólo palabras, están dispuestos a tirar de la cuerda todo lo que ésta dé.
Sonó la campana del round de los cien días pero la pelea continúa en el Congreso. El “campo” busca colar sus reclamos entre las fisuras del oficialismo. El Ejecutivo intenta desmarcarse del centro de la escena. Y ambos han sido alertados por la Iglesia Católica que reunió a sus obispos en el Vaticano para llamar la atención de que la situación no se fuera de madres. Por ello la conferencia de prensa dada por el cardenal Bergoglio, sorprendiendo a propios y ajenos. Porque si hay alguien que aprendió del 2001 y del “Que se vayan todos” es la Iglesia. Al mismo tiempo, la vía parlamentaria le presta una mano al conjunto de la impresentable oposición burguesa para que intente salir de la marginalidad en la que se encuentra.
Pero salga el resultado que salga, no está dicho que los “dueños de la tierra” vayan a respetarlo. No es un problema de legalidad, sino de plata: “Si las retenciones se votan tal cual, habrá que disolver el parlamento” sintetizó el vice de la CRA, Ricardo Buryaile.
No vemos hoy la posibilidad de un “golpe”, tal como azuza el gobierno para tratar de llevar agua a su molino. Simplemente porque no hay quien lo de en el terreno militar ni en el civil. Pero sí estamos frente a una actitud golpista de los “dueños de la tierra”, que presionan al gobierno para que no toque el suculento negocio de la soja.
La pelea no son sólo las retenciones presentes sino sobre todo las futuras. La nueva burbuja especulativa con los comodities –maíz, girasol y soja– en la timba de los mercados a futuro proyectan una oportunidad de ganancias, avalada ya por dos años consecutivos, aún más extraordinaria que la actual, siendo éste (y no la llamada crisis alimentaria por la ficticia escasez) el principal motivo del aumento de los precios nacionales e internacionales.
La Argentina produce alimentos para más de 400 millones de personas; ¿es lógico, entonces, que el gobierno les retenga cierto porcentaje o que dejen de exportar un diez por ciento? Sí, es lógico. El problema es que este gobierno, que es socio capitalista de todos ellos, no pudo dar una respuesta capaz de neutralizarlos, entre otras cosas porque los recursos que retiene sobre las exportaciones no se destinan a paliar el hambre del pueblo o alguno de sus otros problemas ni en una milésima parte. Por el contrario, van a subsidiar a otros sectores capitalistas como las privatizadas, la industria y las petroleras.
Por eso el llamado “campo” esta enfrentando al gobierno, porque quiere que gobierne para ellos: “La plata del campo tiene que volver al campo”, tal como declaró Llambías, dirigente de la CRA. En el mismo sentido y develando el quid de la pelea, Buzzi, dirigente de la FAA declaró: “Me parece muy mal que aplaudan –los industriales el discurso de Cristina Kirchner– cuando la plata se la están sacando a otros”.
Los “duros” discursos y pasos prácticos de la presidenta, no lograron más que ofrecer excusas –aunque si no las tuvieran, las inventan– para continuar con el lock out patronal. No otra cosa significó la llamada “represión” a De Angeli, tratado, más bien, como una bailarina del Teatro Colón. La “libertad de prensa”, representada por La Nación y Clarín, le brindó al hecho cien veces más espacio que a la real y salvaje represión que sufrieron los trabajadores de Jujuy esa misma semana. Así, dejaron en claro, por si quedaba alguna duda, que la libertad de prensa sólo es un derecho de los grandes pulpos capitalistas.
Existen sectores de la denominada izquierda, incluso llamada “trostkista”, que intentan ver en los pequeños y medianos productores, “chacareros”, a los trabajadores y pobres del campo siendo éste el sector “bueno” de la lucha al que el pueblo tendría que apoyar. Claro que obvian que la política, es decir el lock out patronal, dirigida por la Sociedad Rural –representante de los terratenientes e históricamente golpista–, fue, es y será una herramienta de los patrones en contra de los trabajadores y la población en general, y ello no cambia por el hecho de que la FAA sea su aliada indiscutida. En todo caso deja claro que la FAA hoy tiene poco que ver con sus orígenes.
En estos días se escucha decir: “se tiene que resolver esto, me tienen harto el campo y el gobierno”. En realidad, en esa formulación se esconde que toda lucha entre capitalistas tiene como rehén al pueblo y los trabajadores. O ¿por qué están subiendo todos los precios? Desde todos los micrófonos lo que callan es que vos sos parte de esta pelea. Que no estás al margen de la puja entre los de arriba, porque la pieza de canje de todo esto somos los que vivimos de un salario. Somos los que sufrimos el desabastecimiento y la suba de precios. Los subsidios a las privatizadas que la levantan con pala sin invertir un peso o a las petroleras, con un precio que viene rompiendo todos los récords, también son financiados a costa de nuestros bolsillos.
Depende de nosotros, de nuestra reflexión y de nuestra actitud ponerle freno a estos grandes capitalistas que, encima, nos quieren tomar por tontos, si nosotros nos dejamos.
¡QUE SE VAYAN ELLOS! Que se vayan todos los explotadores (nacionales e internacionales), sus agentes políticos, judiciales, militares, policiales, eclesiásticos y los represores.
Para que se vayan; HAY QUE ECHARLOS, mediante la movilización popular organizada en asambleas barriales y campesinas de base, completamente independientes de las patronales, de su Estado y de sus gobiernos de turno.
CHE: lecciones de un revolucionario
(Un homenaje de Jorge Guidobono, en Bandera Roja Nº 28, 21/9/1997)
Cuando la burguesía no puede desterrar las enseñanzas de un revolucionario, se encarga de prostituirlas, decía Lenin refiriéndose a la actitud hacia Marx, y a la de muchos “marxistas” que negaban la esencia de su pensamiento.
Hoy, el espectáculo es contradictorio. Por un lado el Che va a ser “homenajeado” por su “ética”, su “idealismo” o cosas parecidas, por los mismos que lo combatieron en vida (o por sus hijos), en particular los pertenecientes al movimiento comunista internacional.
Estos homenajes, igual que los de muchos partidos y grupos pequeñoburgueses e incluso burgueses, están destinados a limar el filo de las aristas revolucionarias del Che y convertirlo en un ícono, una especie de santo ateo. [Algo así es lo que se proyecta con la instalación del monumento en Rosario, promovido por el gobierno nacional y por el "socialista" Binner. En definitiva, bien se sabe que los monumentos sirven para reafirmar que el muerto, muerto está. - N. del E.]
El sentido opuesto, es el que expresan millones de jóvenes que en el mundo entero andan con la cara del Che estampada en su camiseta, la mayoría sabiendo muy poco o nada con respecto a Guevara, basándose sobre todo en la transmisión oral. Lo reivindican, en general, como un símbolo antisistema, como la antítesis de un mundo descompuesto y carente de valores que puedan atraer al grueso de la juventud popular. Ante ese homenaje, probablemente el Che les hubiera aconsejado: “No sean comemierda y pasen a la acción”.
Por nuestra parte, queremos rendir nuestro homenaje al Che rescatando los aspectos fundamentales que, a nuestro juicio, trascienden su vida y sus textos, y constituyeron un viento fresco que trajo a estas tierras las viejas enseñanzas marxistas que el stalinismo dominante había enterrado bajo una inmensa montaña de muertos, cárceles y muros.

La revolución no sólo es necesaria: es posible
Durante la segunda guerra mundial y la posguerra (más allá de la llamada “guerra fría”), los partidos comunistas habían renunciado a cualquier pretensión revolucionaria, así fuera más bien declamatoria y eran parte funcional (más o menos relevante) del régimen capitalista. En una situación similar se encontraban los partidos socialistas más importantes, en particular los del cono sur de América latina. Unos y otros, eran parlamentaristas, cooperativistas, sindicalistas y muchas otras cosas, pero ninguna de estas actividades estaba emparentada con la revolución.
Más aún, para todos ellos lo que estaba planteado era una especie de revolución burguesa para terminar con un supuesto feudalismo oligárquico, y una revolución más o menos antimperialista. Naturalmente, estos cambios los iba a dirigir la burguesía, y la izquierda colocaría sus fuerzas al servicio de ayudarla a triunfar y también a que el movimiento de masas no se le fuera de madre y la rebalsara. Esta era una posición similar a la de los mencheviques rusos a comienzos del siglo.
Toda esta construcción antimarxista (la que defiende todavía hoy explícitamente el PTP) que la vida demostró como una estafa, colocaba a la izquierda como furgón de cola de distintas corrientes burguesas y negaba la razón de ser de cualquier partido revolucionario, que es la de encabezar a los explotados hacia la conquista del poder.
La revolución cubana y el Che como su teórico más destacado, vino a tirar al tacho de la historia todos los cuentos de stalinistas y socialdemócratas, incluyendo el que no estaban “maduras las condiciones” porque faltaba una revolución burguesa (que la burguesía nunca se planteó ni se planteará hacer, dado que es socia del imperialismo).
La experiencia de Cuba y el Che nos demuestran que la revolución no sólo es necesaria: también es posible.
Como cualquier parto, la revolución es violenta y sangrienta. No es el aterciopelado camino que pretendía la “coexistencia pacífica” entre Moscú y Washington. Puede haber violencia sin que haya revoluciones, pero que haya revoluciones sin violencia es completamente imposible. Porque ninguna clase explotadora deja de apelar a todas las formas de violencia contra los explotados, y éstos se ven obligados a utilizar la violencia revolucionaria si quieren triunfar. Stalinistas y socialdemócratas, pretendían guardar esa violencia en urnas o en bancas parlamentarias.

“Revolución socialista
o caricatura de revolución”
En forma empírica la revolución cubana tiró por la borda todos los dogmas dominantes sobre el carácter burgués de la revolución y demostró que si ésta es genuina y está dispuesta a avanzar resueltamente en la lucha contra el imperialismo y las burguesías locales asociadas en distinto grado a él, es imprescindible que salte el marco burgués y combine las tareas demoburguesas incumplidas con los primeros pasos de una revolución socialista, anticapitalista.
La revolución cubana comenzó con una medida anticapitalista: la destrucción del viejo estado burgués (y no se dedicó a reconstruirlo, como después hicieron los sandinistas) sino a adoptar medidas democrático revolucionarias, como la reforma agraria.
La dinámica de la contradicción revolución-contrarrevolución se desarrolló muy rápidamente; el bloque burgués armado alrededor del movimiento “26 de Julio” se fue desintegrando. Las acciones contrapuestas del imperialismo y de millones movilizados, fortalecieron al ala izquierda del “26 de Julio” que Guevara hegemonizaba, e hizo que el “centro”, encarnado por Fidel Castro, pasara a sus filas y volcara definitivamente el combate interno. De allí, sin que mediara ninguna “etapa” demoburguesa, se pasó a la expropiación de la burguesía y el imperialismo y a la definición prática de revolución socialista o caricatura de revolución, proclamada más tarde en la Declaración de La Habana.
La revolución cubana confirmó, a su manera específica y contradictoria, una de las tesis centrales de la Revolución Permanente elaboradas por Trotsky: en los países atrasados, no es posible romper definitivamente con el imperialismo y resolver el problema agrario sin avanzar en la liquidación del capitalismo mismo.

El “foco” y el campesinado
Guevara en particular, y la dirección castrista en general, tendieron a interpretar la revolución que habían protagonizado, como una especie de “modelo” a imitar por el vasto movimiento de vanguardia que acompañó a la revolución cubana.
De Cuba partió la famosa consigna de “hacer de Los Andes, la Sierra Maestra de América latina”.
Esa consigna encerraba, por un lado, la más imperiosa de las necesidades de la revolución cubana: su extensión al continente, vigente todavía; y por el otro lado, una profunda incomprensión de la revolución socialista, la única que no era una caricatura de la revolución.
En el final tomaremos el aspecto internacionalista de la revolución cubana en sus primeros años. Ahora nos queremos detener en dos aspectos centrales: el sujeto social de la revolución socialista y el método del foco campesino como receta universal.
Para los marxistas, el sujeto social de la revolución es el proletariado, incluido el agrícola de grandes ingenios y plantaciones. El pequeño campesinado sediento de tierra puede ser ganado para la causa proletaria (porque ésta es la única que puede resolver su problema definitivamente y en una perspectiva de progreso) pero jamás será el motor, el sujeto de una revolución socialista; ésta no puede ser hegemonizada por otro que el obrero asalariado, nunca por el pequeño campesino que sólo lucha por un pedazo de tierra. Incluso la revolución rusa, que creó 25 millones de pequeños propietarios en el campo, lo hizo desde la dictadura proletaria y el gobierno obrero y campesino.
La revolución socialista tiene como sujeto social al proletariado acaudillando a las masas explotadas de la ciudad y el campo, y tiene como centro principal de combate el lugar donde se asienta el poder económico, político y militar de la burguesía y el proletariado: las ciudades.
El “foco” campesino pregonado por el Che y sus compañeros, estaba completamente alejado de esta idea en todo sentido, y hacía de un método de lucha la línea divisoria entre revolucionarios y reformistas, cuando a lo largo de todo el siglo pudo comprobarse que el accionar del reformismo armado, no dejó por ello de ser profundamente reformista y proburgués. El caso de Montoneros en la Argentina, del M19 colombiano y de muchos otros que cambiaron el fusil por una banca parlamentaria en toda América latina, no son excepciones, sino lo predominante.
Todo lo que era válido en vida del Che, lo es infinitamente más a tres décadas de su asesinato: el grueso de América latina es cada vez más urbana y tienden a prevalecer más las relaciones asalariadas capitalistas puras. Esto no niega en absoluto la importancia de movimientos campesinos como los de los Sin Tierra brasileños o los paraguayos, pero sí da un marco general al subcontinente, cuya población es abrumadoramente urbana.

El internacionalismo
revolucionario en el Che
En una época en que en nombre de la supuesta defensa del socialismo en un solo país, el internacionalismo proletario era utilizado sólo como taparrabos de los peores crímenes de la burocracia (como el aplastamiento de la revolución húngara en 1956), el Che fue fiel a las enseñanzas básicas del marxismo hasta las últimas consecuencias: la revolución socialista se desarrolla internacionalmente, o degenera en su aislamiento.
El inmenso mérito de Guevara, radica básicamente en haber sido fiel hasta la muerte a la necesidad de extender la revolución socialista al continente, como única forma de impedir la consolidación de una burocracia en Cuba como producto del aislamiento. Su llamado a hacer “dos, tres, muchos Vietnam”, fue un grito de guerra que conserva intacta su vigencia y es un bofetón no sólo al capitalismo sino también a todos los renegados que se esmeran por intentar explicar de mil formas que la revolución ya no es posible, y que ahora se trata de administrar bien, de humanizar al capitalismo y todos los lamentos llorosos que tanto molestaban al Che.
El homenaje real a Guevara a tres décadas de su asesinato, es continuar la tarea inconclusa de llevar al triunfo a la única revolución que no es una caricatura: la socialista.
JORGE GUIDOBONO
La Gran Contradicción del CORDOBAZO
(Un artículo de JORGE GUIDOBONO para Bandera Roja Nº 41, 15/6/1999)

Contra lo que gustaba repetir Menem acerca de que “el peronismo nunca apoyó un golpe de estado”, el golpe de Onganía contra el gobierno radical de Arturo Illia –el 28 de junio de 1966– lo desmiente. Perón no se pronunció en contra sino que, ante la asunción de Onganía afirmó esperanzado: “Al rengo hay que verlo caminar para saber de qué lado cojea”. La principal figura del peronismo en el país, el dirigente de la UOM y las 62 Organizaciones, Augusto Timoteo Vandor, se puso una corbata por primera y única vez en su vida para asistir a la ceremonia de asunción de Onganía.
Pero los primeros meses de 1969 empezaron a complicarle la vida al tirano: fuertes movilizaciones contra el encarecimiento del comedor universitario, el asesinato de los estudiantes Bello y Cabral y un clima de creciente descontento social, terminaron estallando el 29 de mayo de 1969 en Córdoba, a partir de la huelga de los trabajadores de las automotrices.
Ese día marcó un antes y un después en la historia del país. Los trabajadores, los estudiantes y el pueblo conquistaron la ciudad e hicieron huir a la policía.
La llamada Revolución Argentina de Onganía, entraba en una acelerada cuenta regresiva. En las altas esferas burguesas y militares se profundizaban las fisuras. Y entre los trabajadores y los estudiantes se soldaba la unidad en profundos procesos de radicalización, con importantes sectores de vanguardia y el grueso de las bases acompañando la lucha antidictatorial.
La lucha que abrió el cordobazo siguió en todo el país. Los “azos” se desparramaron por los cuatro puntos cardinales. De ellas fueron parte figuras como Agustín Tosco, René Salamanca, José Francisco Páez, Gregorio Flores y muchos otros.
Mucho se discutía entre la vanguardia de esos años, sobre las grandes líneas estratégicas de la revolución: si foco o partido, si guerra popular prolongada del campo a la ciudad, si insurreción urbana, si la clave era luchar por la conciencia de la clase obrera o implantar un foco rural y/o urbano.
Miles de compañeros participamos de esas polémicas, acompañados por la simpatía de decenas de miles.
La radicalización de franjas obreras, estudiantiles y populares, aumentaba. La división de la burguesía también. La caída de Onganía, dio lugar a un interinato de nueve meses del brigadier Levingston. Cuando asumió Lanusse la burguesía se había puesto de acuerdo, en lo fundamental, en una política común: el único que podía apagar el incendio iniciado en Córdoba, era el general Perón. Así nació el Gran Acuerdo Nacional (GAN), que fue un permanente “tire y afloje” con el general exiliado, para que volviera al país con las manos más o menos libres.
Ese proyecto se apoyaba en una realidad social y política altamente favorable para la burguesía: mientras el activismo discutía –y actuaba– sobre la necesidad de una estrategia revolucionaria, el grueso de la clase obrera y el pueblo seguían anestesiados por la educación de conciliación de clases, instrumentada en la época de bonanza del país (la segunda guerra mundial y la posguerra). Para esa gran masa, quienes discutían acerca de la revolución eran “buenos muchachos” que no se daban cuenta de que bastaba con lograr “que vuelva Perón, y se arregla todo”.
La experiencia de los trabajadores con Perón, que fue interrumpida con el golpe gorila del ’55, se transformó de hecho en una formidable palanca política para la burguesía: sólo él podía acabar con ese proceso de radicalización que amenazaba con extenderse, ya que era el depositario de todas las ilusiones de las masas.
El regreso de Perón y la alternativa electoral fueron “cuestión de Estado” para la burguesía. La vieja UCR aportó el funcionario para encabezar el Ministerio del Interior –Mor Roig– que fue posteriormente asesinado.
Como un hábil mago, Perón desplegó un mazo de cartas con un juego diferente en cada mano. Mientras con la izquierda hablaba de la “juventud maravillosa” y alentaba la lucha armada de Montoneros y otros grupos peronistas, con la mano derecha armaba los conflictivos pactos con Lanusse y el gran capital, e incluso dejaba correr la preparación de los “escuadrones de la muerte” de la ultraderecha, llamados posteriormente “Triple A”, que hicieron su debut con la masacre de Ezeiza de junio de 1973.
La maquiavélica conspiración armada por la burguesía y el Estado Mayor, tuvo múltiples idas y vueltas con Perón, pero funcionó.
Entre otras cosas, este funcionamiento se vio facilitado porque el grueso de las corrientes que se reclamaban anticapitalistas y socialistas no fueron capaces de comprender ni de enfrentar esta maniobra, ya que ello le significaba enajenarse la simpatía –así fuera pasiva– de una franja de masas peronista.
Así, a medida que avanzaba el GAN, se achicaba el espacio para la lucha sindical revolucionaria o para “los fierros”: la situación reclamaba definiciones políticas claras. Y eso era lo que faltaba. Un amplio espectro del llamado clasismo –desde Tosco y Salamanca hasta Santucho y Altamira– acuñó el impotente “Ni golpe ni elección, revolución”. A medida que se acercaba el tiempo electoral, esta consigna se tradujo en el llamado al voto en blanco.
La heroica vanguardia que actuó desde el Cordobazo en adelante no fue capaz de enfrentarse a Perón, y levantar una opción clasista y socialista ante el movimiento de masas. Hizo de cuenta que había “superado el electoralismo” y, por esta vía, de hecho le hizo un favor a Perón. Y este favor no se pudo tapar con el ruido de la más graneada salva de ametralladora. El PC, por su parte, constituía un bloque burgués (llamado Alianza Popular Revolucionaria, APR) con el PI de Oscar Alende y con la curia de la Democracia Cristiana encabezada por Horacio Sueldo.
La única corriente que tuvo la valentía política de enfrentar a Perón –a pesar de su pequeñez y, seguramente, también con errores– fue el PST. “No vote patrones, burócratas ni generales” fue la consigna que presidió las candidaturas de Coral-Ciappone en marzo de 1973 y de Coral-Páez, enfrentando a la fórmula Perón-Perón en septiembre del mismo año. Fue respaldada, respectivamente, por 70.000 y 180.000 votos.
Esta posición colocó al PST en un lugar de privilegio durante muchos años dentro de la izquierda (y estuvo en la base del desarrollo del MAS desde 1983 hasta 1990). Pero no fue suficiente para frenar el terrible curso a la derecha, abonado por Perón primero y por su señora después, que llevó al auge de las Tres A y culminó con el golpe del 24 de marzo de 1976.
Hoy es imposible saber si un bloque político de la izquierda clasista hubiera podido cambiar el curso de los acontecimentos. Lo que sí es seguro es que se hubiera podido oponer una mayor y más firme resistencia. También es seguro que los votoblanquistas de distinta procedencia, renunciaron –aunque con un discurso ultraizquierdista– a disputarle a Perón la “cabeza” del movimiento obrero. Y le facilitaron al general, la tarea de ser el enterrador político del Cordobazo.
Jorge Guidobono
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La Ciudad de las Barricadas

Córdoba y el desarrollo industrial
La proscripción del peronismo y el exilio del general Juan Domingo Perón, como producto del golpe militar de 1955, desataron la resistencia peronista en el movimiento obrero y comenzó la transformación de un hombre en mito viviente.
A fines de los ’50, la presidencia de Arturo Frondizi intentó instrumentar un programa que buscaba el desarrollo industrial en una combinación de capitales privados y estatales y, por ley, derogaba los fundamentos nacionales proteccionistas implementados por Perón.
La provincia de Córdoba vivió esa transformación. Su desarrollo, basado fundamentalmente en la instalación de las plantas de Fabricaciones Militares, abrió paso a la industria automotriz y sus derivados en forma plena (aunque ya en tiempos de Perón la Fiat había logrado un convenio más que ventajoso comprando la planta de la localidad de Ferreyra).
La instalación de Kaiser y su posterior compra por Renault, en septiembre de 1967, junto a la incorporación de tecnologías de avanzada en la producción mundial, transformaron al pequeño pueblo comercial y a la provincia agraria en el segundo centro industrial del país.
Fue una verdadera revolución en lo cultural y social, combinada con una importante inmigración producto de la demanda laboral y la urbanización vertiginosa que vivió la provincia. El 50% de la mano de obra que ingresó en sus plantas (incluidas las militares) tenía origen en el interior agrario de Córdoba. La amplia mayoría de los obreros que ingresó a las fábricas, era una primera generación de trabajadores industriales.

Córdoba, la dictadura y los sindicatos
El gobierno de Frondizi no pudo soportar las presiones de los planteos militares. Fue obligado a renunciar en marzo de 1962 y el presidente del Senado, José María Guido, convocó a elecciones para el año siguiente. Con el peronismo proscripto, ganó la presidencia el radical Arturo Illia con menos del 25% de los votos. Fue un gobierno endeble.
En junio de 1966, el comandante en jefe del Ejército, general Juan Carlos Onganía, da un golpe de Estado y asume el gobierno apoyado por un sector empresarial y sindical (ligado a Augusto Timoteo Vandor, jefe de la CGT). La intención del dictador era quedarse en el gobierno sin plazos preestablecidos, sin libertades políticas ni culturales. Así, a un mes de asumir, ordena a la Policía Montada ingresar a caballo y a palazos a la Facultad de Ciencias Exactas. El hecho pasa a la historia como La Noche de los Bastones Largos. Su ministro de Economía, Adalbert Krieger Vassena, anuncia el Plan de Estabilidad y Desarrollo apoyado por el FMI y el empresariado extranjero en el país.
Desde su llegada a Córdoba, la patronal italiana (Fiat) actuó con la firme decisión de no permitir a sus obreros contar con un sindicato de carácter nacional. Con el visto bueno de Frondizi, la Fiat había creado el Sindicato de Trabajadores para las plantas de Concord y Materfer (Sitrac-Sitram) como un apéndice de la empresa, pasando por arriba de las leyes argentinas. Los trabajadores de la Fiat no fueron parte del Cordobazo, de hecho la mayoría lo vivió en su casa.
Los sindicatos vandoristas Smata, de Elpidio Torres, y la UOM dirigida por Alejo Simó, no pudieron construir una sólida relación con las bases como lo había hecho la burocracia central. La disputa permanente por las afiliaciones, la dureza de las nuevas patronales imperialistas, y el surgimiento de la rebelde CGTA a escala nacional (CGT de los argentinos, liderada por el gráfico Raimundo Ongaro), determinaron que el vandorismo jamás pudiera conquistar al flamante proletariado cordobés.
El gremio de Luz y Fuerza de Córdoba estaba dirigido por Agustín Tosco (de orientación marxista) y aglutinaba a los trabajadores de EPEC. Al frente de la UTA, se hallaba Atilio López, que se formó en la resistencia peronista. Durante el onganiato, ambos fueron importantes referentes de la resistencia a la dictadura.

Córdoba y el Cordobazo
El 12 de mayo de 1969, el gobierno nacional establece, por ley, la media jornada del día sábado (“sábado inglés”). Esto, sumado a las “quitas zonales” que las metalúrgicas imponían a los salarios del interior de la provincia con respecto a los de la capital, más el odio acumulado hacia la dictadura, detonaron la respuesta obrera. Smata y la UOM resuelven un paro activo de 36 horas con movilización a la sede de la CGTA, en el centro de la ciudad, para el 29 de mayo.
La policía sitia la ciudad y se prepara para esperar a los manifestantes en la avenida Vélez Sarsfield y Boulevard San Juan.
Los trabajadores inician su marcha desde los lugares de trabajo. La columna de IKA-Renault cruzaba la Vélez Sarsfield. Las barriadas aportaban botellas y toda clase de elementos caseros para el combate. Los estudiantes lanzaban gatos a los perros policiales. Los estudiantes de química fabricaban explosivos. La policía disparó cuando vio avanzar a la gruesa columna, cobrándose la vida de Máximo Mena. Y tuvo que huir en desbandada cuando los obreros vieron caer a su compañero.
Un grupo de trabajadores tomó el Círculo Militar. La ciudad era testigo de ira y solidaridad. Los eternos curiosos de los balcones, ahora bajaban con muebles para alimentar hogueras, y con bebidas y comidas calientes para los huelguistas.
Una rebelión obrera y estudiantil recorría las calles de Córdoba.
Por la tarde, muchos obreros volvieron a sus casas. El día pasó sin pillaje. La violencia buscó símbolos políticos e ideológicos: edificios de compañías transnacionales, sedes militares, la estadounidense Xerox, eran blanco de las llamas o las piedras, mientras se preservaban las casas y los edificios que no eran símbolos de represión y autoridad. Nunca se había visto algo así.
La resistencia se concentró en la noche del Barrio Clínicas. Un comando de Luz y Fuerza dejó sin luz la ciudad. Desde las terrazas, llueve toda clase de objetos sobre las tropas. Francotiradores en los edificios esperan al Ejército. Tosco estima que 50.000 personas son parte de la resistencia.
La Renault, la misma que un año antes sufrió el paro de sus 23.000 operarios de París, la misma que sufrió el Mayo Francés, ahora sufre en Córdoba.
En el Día del Ejército, el Ejército entraba a la ciudad que le daría nuevo nombre a la fecha: Día del Cordobazo.

Córdoba y los estudiantes
Los estudiantes fueron, en todo el país, los primeros en enfrentar la llegada de Onganía. En Córdoba tuvieron su primer entrenamiento callejero en septiembre de 1966, y también a su primer mártir, Santiago Pampillón, herido de muerte por la policía.
Cuba, Vietnam, el Mayo Francés, eran debates ineludibles en la sobremesa de los multitudinarios comedores estudiantiles.
En Corrientes, el estudiante Juan José Cabral es asesinado por la policía el 15 de mayo de 1969, en medio de una protesta contra la privatización de los comedores universitarios. La misma protesta que en Rosario se cobraba la vida de un estudiante apellidado Bello. Las demostraciones de repudio ante estos asesinatos tienen alcance nacional, y son el preanuncio más inmediato del Cordobazo.
Los estudiantes tuvieron una intensa militancia en sindicatos y barrios. Se trasladaban de un punto a otro de la ciudad, en las primeras horas, sirviendo de inteligencia al desplazamiento de las columnas obreras. Y fueron los grandes héroes de la resistencia nocturna del barrio Clínicas.
En las calles, se consumaba la unidad obrera-estudiantil hecha barricadas.

Córdoba, el país, y después
En la tarde del 30 de mayo, el Ejército logra tomar el control de la ciudad. Las detenciones se cuentan por miles y de ellas no escapan Torres y Tosco, que son condenados mediante Consejos de Guerra.
Pero la dictadura había quedado herida de muerte. Cae el gobernador provincial, cae el ministro de Economía nacional –Krieger Vassena– y en junio de 1970, Onganía es desalojado de la Casa Rosada.
Otros dos generales, Levingston y Lanusse, lo sucedieron en el gobierno. Pero desde aquel 29 de mayo, ni Córdoba ni el país volvieron a ser los mismos.
Se multiplicaron las luchas. Creció el sindicalismo clasista y combativo. Como tal, el Sitrac-Sitram fue hijo directo del Cordobazo. En marzo de 1970 comienza una rebelión de las bases de Fiat Concord contra la conducción amarilla de Jorge Lozano y compañía. Al poco tiempo, la rebelión se traslada a la planta de Materfer. Se desenvuelve una práctica de democracia sindical de combate protagonizada por una generación de trabajadores industriales que aprendieron, y enseñaron, al ritmo vertiginoso de Córdoba. Los obreros de la Fiat ya no tienen miedo y, cuando se enojan, hasta toman rehenes.
“Vengo a cortar la cabeza de la víbora comunista que anida en Córdoba”, había prometido el gobernador José Camilo Uriburu el 7 de marzo de 1971, ante la oligarquía local. Pero una nueva ola de luchas sacude a toda la provincia. Es mayo otra vez, pero ahora el pueblo adopta el nombre de “Viborazo”.
La represión fue implacable. Se militarizaron las plantas automotrices. Se encarceló a Tosco, a Ongaro, a dirigentes y activistas de Sitrac-Sitram. Pero de nuevo se redoblan las luchas y el régimen militar “entiende” que debía dar paso a elecciones para preservar los intereses de “la Nación” y a las mismas Fuerzas Armadas. El 1º de mayo de 1971 se lanza el Gran Acuerdo Nacional (pactado con el jefe del radicalismo, Ricardo Balbín), que permite la vuelta electoral y la participación del proscripto peronismo, que abre las puertas al retorno de Perón a la Argentina.
El militar no trajo la revolución o la “patria socialista” que muchos soñaban. Trajo la masacre de Ezeiza, la Triple A y una creciente represión desde las alturas del Estado. Había que enterrar el ejemplo del Cordobazo y liquidar al clasismo y a las corrientes políticas anticapitalistas.
La pronta muerte, le impidió a Perón completar la tarea: hizo falta la dictadura genocida que se instauró el 24 de marzo de 1976.
El combate contra sus consecuencias, y por la rearticulación de la organización obrera y popular antipatronal y antiburocrática, hacen imprescindible rescatar la memoria del Cordobazo, que puso al desnudo las entrañas de la revolución en la Argentina: obrera, urbana y popular.
Hugo Verjádez
(Publicado en Bandera Roja Nº 52, 28/5/2001)

Bibliografía consultada:
James P. Brennan, El Cordobazo, Ed. Sudamericana.
Richard Gillespie, Los soldados de Perón, Ed. Grijalbo.
Los ’70, Nº 3, 2da. quincena de julio de 1997.
MAYO 1968
La vigencia de sus lecciones

El año comenzó con la ofensiva del Vietcong en enero, tomando ciudades y hasta la embajada yanqui en Saigón. Pero el hecho más importante de un año pletórico de grandes luchas y movilizaciones revolucionarias fue el llamado “Mayo Francés”. En él los estudiantes universitarios fueron el acicate que ayudó a poner en pie al gigantesco proletariado francés después de un prolongado retroceso bajo la conducción del Partido Comunista, su CGT, sus matones y sus “fuerzas de orden”.
Las luchas estudiantiles conmovieron las calles en mayo y los estudiantes se lanzaron a rodear con sus manifestaciones a la legendaria fábrica de Renault, la fábrica testigo de la clase obrera, aquella cuyo comportamiento incidía fuertemente en el accionar del conjunto de la clase.
La poderosa chispa estudiantil encontró terreno fértil en la clase obrera y, a pesar del fuerte boicot del stalinismo, en pocos días una avalancha de ocupaciones de fábricas, empresas, bancos, teatros y todo tipo de establecimientos, sacudió a Francia. Mientras la burguesía no atinaba a dar respuesta el movimiento de masas iba derramándose como lava por toda Francia.
Por primera vez en el siglo se daba una convergencia de esa magnitud entre obreros y estudiantes.
El 29 de mayo de 1968 nadie en Francia encuentra a De Gaulle durante varias horas. Diez millones de trabajadores en huelga han tomado todas las fábricas y miles de estudiantes organizan mitines anticapitalistas y barricadas de enfrentamiento con la policía. Consciente de lo inmanejable que se ha vuelto la situación, De Gaulle reaparece para anunciar elecciones el próximo 23 de junio. Eso sí, antes ha pasado revista a sus tropas en Alemania por si hiciera falta una represión en gran escala: por eso había desaparecido.
Todo se ha desarrollado vertiginosa e inesperadamente: el movimiento espontáneo de los estudiantes nacido en las aulas francesas, fue propagándose y organizándose en las calles. Desde Nanterre a La Sorbona y del Barrio Latino a toda Francia. Con diarias movilizaciones de decenas de miles de estudiantes, con barricadas que “cierran las calles pero abren el camino”, comienzan a rebelarse ante todo signo de autoridad educativa para seguir inmediatamente con cualquier autoridad y valor establecido que se les pusiera en frente.
Se animan a imaginar un mundo mejor y actúan en consecuencia: se rebelan e intentan barrer con todo lo establecido, convirtiendo a París en una “fiesta” de libertad donde todo se cuestiona y se pone en juego, donde se debate política revolucionaria y cultura; donde se rompen todos los prejuicios, los tabúes sexuales y los adoquines de las calles para procurar municiones. Los punzantes e imaginativos graffitis inundan las paredes manifestando el repudio a todos los valores de la podrida y anacrónica sociedad burguesa.
El crecimiento sin precedentes de la posguerra, que durante dos décadas generó acelerados cambios económicos y sociales (entre ellos el nacimiento de enormes ejércitos de estudiantes) entró en cortocircuito con la cultura y valores vigentes y llevó a los mismos estudiantes que debían servir de base al desarrollo capitalista, a ser sus más firmes cuestionadores. Los mismos batallones surgidos en la década de los sesenta(*) para dirigir desde los estratos medios al mundo burgués se rebelan en su contra, y rechazan todos los valores e instituciones que lo sustentan con gran decisión y coraje. Han puesto en jaque a toda la sociedad que ellos debieran ayudar a reproducir, se enfrentan a la policía y convocan a los obreros y a toda la sociedad a que imiten su empresa.

El camino abierto por las barricadas va a ser recorrido por la clase obrera y sacudirá al mundo
“La noche de las barricadas” marcará una inesperada dimensión del conflicto abierto por los estudiantes: la brutal represión en el Barrio Latino muestra el verdadero rostro del gobierno gaullista y genera la espontánea reacción de los trabajadores, que primero acudirán masivamente a una manifestación en repudio a la salvaje represión y luego irán tomando una a una todas las fábricas declarando la huelga por tiempo indeterminado, desbordando en el inicio, a la poderosa burocracia stalinista y poniendo en jaque a una burguesía que se agazapa temerosa, sin terminar de comprender qué ha pasado.
La chispa del conflicto estudiantil se posó sobre varios barriles de dinamita que demostraron no estar precisamente húmedos.
La toma de la fábrica de Renault-Billancourt en pleno París ­con 23.000 operarios y referente de todo el movimiento obrero del país desborda a los burócratas stalinistas (que contaban con más de 3.000 militantes en el sector) y convierte la huelga en una mancha de aceite que llegará a contar con 10 millones de trabajadores mandando en las fábricas y cuestionando el poder en el país.
La huelga obrera conmueve al mundo por su colosal demostración de poder. Todo ha sido paralizado: la producción, el transporte, los servicios públicos y la respiración de la burguesía mundial. El mundo mira a Francia: la huelga obrera más grande desde hace varias décadas refuta de manera contundente a los ideólogos de la muerte de la clase obrera como sujeto de la revolución, y crea durante varios días un doble poder en uno de los países capitalistas centrales.
De Gaulle se preparó para resolver esta dualidad y fue a arengar a las tropas francesas acuarteladas en Alemania, las menos “contaminadas” por el fervor revolucionario. Y contraatacó políticamente aprovechando que el Partido Comunista (PC) lograba mantener encorsetado al gigantesco movimiento y buscaba llevarlo hacia la negociación salarial y las elecciones.
Una huelga general como la francesa o avanzaba hacia la insurrección, o dejaba la iniciativa en manos del enemigo. O encaraba el ataque al estado burgués y su poder, así fuera llevando la dualidad de poder social y política también al terreno militar –organizando a un sector de los soldados y a parte de la suboficialidad y la más baja oficialidad junto a los huelguistas–, o era inevitable que empezara a retroceder y que se iniciara el contraataque burgués.
La llave maestra en lo político para este operativo imperialista fue el PC: logró mantener en lo fundamental el control de la clase obrera, mediante concesiones económicas que la burguesía siempre está dispuesta a dar si siente peligrar su poder.
El PC logró también encaminar ese gran movimiento hacia las elecciones. En ellas no sólo votan los que trabajan y producen sino los rentistas, curas, tenderos y multitud de parásitos sociales que anidan en el complejo entramado social, además de los campesinos que votan a los burgueses, por miedo a que “los comunistas les saquen sus tierras”.
Así triunfó De Gaulle poco después de estar enfrentado por una huelga general con ocupación de establecimientos en toda Francia.
Las lecciones del mayo francés tienen completa vigencia: no sólo por lo irreverente y desmitificador de los valores burgueses, sino también por la potencia que demostró la clase obrera y por la fuerza y habilidad que demostró la burguesía para aprovechar los problemas de los explotados y volver al ataque.
La Francia de hoy, con millones de desocupados y con un 15% de votos al fascista Le Pen, es una de las secuelas del hecho que mayo del ’68, no fuera hasta el final. La otra, es que en los últimos años el movimiento obrero ha vuelto a luchar, se ha debilitado sideralmente el otrora descomunal PC y tienden a afianzarse corrientes revolucionarias entre los explotados y sus sectores más lúcidos.

JULIO HERNANDEZ
(*) En los ’60 el movimiento estudiantil pasa de ser una ínfima minoría, una elite, a conformar cientos de miles en casi todos los países del mundo (en Francia, pasa de 200.000 en 1960 a 605.000 en 1968).
Fuentes consultadas:
Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX, Ed. Crítica, Barcelona, 1997.
Vidal Villa, José María, Mayo ‘68: la imaginación al poder, Ed. Bruguera, Barcelona, 1978.

CRONOLOGÍA
Marzo 22
Nace en Nanterre el “Movimiento 22 de Marzo”. Su principal dirigente se llama Cohn-Bendit.
Marzo 22 al 28 Se masifican los debates anticapitalistas y las paredes de la facultad comienzan a hablar: “profesores sois viejos, vuestra cultura también”.
Abril 13 Un atentado contra el estudiante alemán Rudy Dutchske, reconocido luchador antimperialista provoca la inmedianta reacción estudiantil: unos 5.000 acuden al repudio convocado por del movimiento 22 de marzo.
Mayo 3 L’Humanité el diario del PC publica un artículo que provoca gran indignación entre los estudiantes de la Sorbona. Entre otras cosas, ataca a Cohn-Bendit llamándolo “judío alemán”. De manera espontánea, ese mismo día por la tarde 50.000 estudiantes gritan “somos todos judíos alemanes” y luego ocupan la Sorbona; el Cuerpo Republicado de Seguridad (CRS - policía antidisturbios) encarcela varios estudiantes para luego apoderarse de la facultad. Primeros enfrentamientos que duran varias horas.
Mayo 6 Marcha convocada por la Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF - sindicato estudiantil de izquierda). Sus consignas: “contra la represión policial, la prensa reaccionaria y la universidad burguesa”. 30.000 estudiantes arman las primeras barricadas y cócteles molotov. Se producen fuertes enfrentamientos con un resultado de 800 estudiantes y 350 policías heridos.
Mayo 7 El PC, mediante su colateral Unión de Estudiantes Comunistas (UEC), intenta desviar la lucha con un programa reivindicativo “estudiantil”. La respuesta de los estudiantes revolucionarios no se hace esperar: 60.000 estudiantes participan de “la larga marcha” que recorre 30 kilómetros por todo París. El objetivo: liberar la Sorbona.
Mayo 10 “La noche de las barricadas”. La UNEF intenta hacer una marcha conjunta con las centrales obreras pero éstas se rehúsan. Marchan entonces los universitarios, a los que se les agregan bachilleres, profesores y jóvenes trabajadores llegando a ser unos 50.000 en total. Tras echar a la UEC de la marcha intentan ocupar la Sorbona, que está infestada de policías. Deciden tomar entonces todo el Barrio Latino y enfrentar a la policía. Rápida y espontáneamente organizan entre 30.000 estudiantes unas 20 barricadas en todas las salidas de la Sorbona. Se llevan a cabo numerosas charlas políticas y culturales, se llenan las paredes con grafittis y se aprovisionan con adoquines y cócteles. A las 2.15 se inicia un salvaje ataque policial que es respondido una y otra vez desde las barricadas, pero la furiosa represión se impone.
Mayo 11 La noche de las barricadas conmueve a toda la sociedad. La CGT y la UNEF convocan a una huelga de 24 horas y una marcha para el día 13.
Mayo 13 La huelga general es absoluta. A la marcha acuden 1.000.000 de personas. Se reabre la Sorbona y los estudiantes la ocupan.
Mayo 14 Los obreros de Sud-Aviation en Nantes toman la fábrica y se declaran en huelga por tiempo indeterminado.
Mayo 15 Lo mismo hacen los trabajadores de Renault-Cleon.
Mayo 16 Ahora es el turno de Renault-Billancourt. Pronto serán 10 millones los trabajadores en huelga indefinida.
Mayo 17 Tres mil estudiantes se dirigen a Renault-Billancourt para solidarizarse activamente con los trabajadores y los guardias del PC los “persuaden” de no solidarizarse más allá de la puerta de la fábrica. Será una constante del PC intentar aislar la huelga de los estudiantes más radicalizados.
Mayo 24 La CGT convoca dos marchas en distintos sitios de París exigiendo reivindicaciones. Los estudiantes se niegan a apoyarla y convocan otra en Lyon. Entre otras consignas levantan “por la abolición de la patronal, por el poder de los trabajadores”. Es incendiada la Bolsa de Comercio y se prepara la “segunda noche de las barricadas”, que superará en violencia a la anterior. A pocos kilómetros de París algunos tanques realizan maniobras. En Lyon se produce la primera muerte: un comisario es aplastado por sus propias tanquetas empujadas por los estudiantes. Se prohíbe el reingreso de Cohn-Bendit a Francia.
Mayo 25 Comienzan las negociaciones entre la CGT y el gobierno. La pelea está tratando de ser encauzada hacia donde más le conviene a la burguesía y a la burocracia stalinista: a la mesa de negociaciones y al parlamento.
Mayo 27 La base del movimiento obrero rechaza “los acuerdos de Grenelle” entre De Gaulle y los líderes sindicales. La CGT llama a no ceder a las “provocaciones” que desvíen las negociaciones.
Mayo 28 El gobierno pasa a la ofensiva inundando Francia con los Comités de Defensa de la República, exaltando los valores patrióticos.
Mayo 29 Marcha del PC (300.000 personas) exigiendo la dimisión de De Gaulle y elecciones presidenciales.
Mayo 30 De Gaulle continúa su ofensiva: anuncia elecciones legislativas para el 23 de junio y convoca a sectores de masas a copar las calles. El PC acepta cínicamente el reto electoral y comienza a neutralizar la huelga.
Junio 6 L’Humanité titula “Vuelta victoriosa al trabajo en la unidad”. Si bien todavía hay sectores de trabajadores que no se resignan a abandonar las tomas, el reflujo es evidente.
Junio 10 Un estudiante es asesinado en una marcha de un balazo. Otros cien estudiantes son encarcelados. Dos obreros mueren en enfrentamientos con la policía. La CGT no hace esperar su “vigorosa” protesta: ¡una hora de paro! ¡Nada!
Junio 11 Mil quinientos detenidos luego de feroces enfrentamientos.
Junio 13 Se decreta la disolución de organizaciones revolucionarias, se comienza a detener a cientos de activistas y se prohíben las manifestaciones y mitines.
Junio 23 De Gaulle arrasa en las elecciones.