LAURA GINSBERG, discurso
Aniversario del semanario Nueva Presencia
9 de diciembre de 2008 (adhiere Liga Socialista Revolucionaria)
Hace ya 21 años que el semanario Nueva Presencia dejó de salir. Conocí a Herman [Schiller] en tiempos de la dictadura militar y leí algunos ejemplares de Nueva Presencia casi de manera clandestina. Él alimentaba su espíritu. Muchos de sus editoriales eran la explicación de por qué Herman dormía en las oficinas de Pasteur 611 algunas veces al mes.
¿Qué es lo que hace que tantos años después, cuando ni siquiera el grupo político responsable de este semanario quiere reivindicar su propia historia, estemos aquí reconociendo el esfuerzo y el trabajo de quienes lucharon contra la dictadura, denunciando sus crímenes y reivindicando a aquellos compañeros que habían desaparecido, cuando la mayoría de los que hoy hablan de los desaparecidos –incluso algunos organismos de derechos humanos– ni siquiera aceptaban la sola idea de que hubiera campos de concentración y “detenidos-desaparecidos” en la Argentina?
Vuelvo a preguntarme ¿qué hace que nosotros estemos hoy aquí?
Y respondo: no es Macri, ni Ibarra, ni la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires que pagó una placa de mármol, incluso, de manera tardía, la razón por la que vinimos. ¿Acaso Macri, representante de grupos políticos, empresariales y clericales que apoyaron a la dictadura militar y defienden hasta hoy a los genocidas, va a convocar nuestros sentimientos? Pasaron 21 años… Macri llegó tarde.
Sólo compite en su perfidia con la de los representantes del gobierno nacional, que tuvieron el coraje de proclamarse “hijos de las luchas por la libertad y el juicio y castigo a los culpables” y hoy forman un frente político con los genocidas como Aldo Rico, protegiendo a los torturadores de ayer.
Es el mismo gobierno que hace declaraciones oficiales reconociendo la responsabilidad del Estado nacional en el encubrimiento agravado del atentado a la AMIA, mientras bloquea cualquier investigación que dé con los responsables de este crimen.
Aunque resulte paradójico, esto es lo que el Gobierno hace todos los días: ésta es la gente que, al mismo tiempo, pretende homenajear a los luchadores. Buscan confundir nuestros sentimientos, nuestra razón y a los mismos compañeros a los que homenajean. Aparecen organizando estos actos, y son incapaces y hasta opuestos a satisfacer el justo reclamo popular de juicio y castigo a todos los culpables de ayer y de hoy. Nosotros no compartimos nuestro reconocimiento a los luchadores con estos “homenajeadores” que manejan el aparato del Estado que encubre y protege a los criminales. Estamos denunciando que pese al tiempo transcurrido y a tanto “reconocimiento” oficial nuestros reclamos siguen vigentes… Por eso estamos aquí.
Durante estos días, cuando se cumplen 60 años de la Declaración de los Derechos del Hombre y otro tanto de la Convención contra el Genocidio, al gobierno nacional y al de Macri se les confunden los homenajes a los militantes populares con los otros homenajes por los 25 años de la democracia. En Buenos Aires se suman debates y publicaciones, visitas de grupos lobbistas judeo-americanos, iniciativas para promover en la Argentina las leyes que reclaman Bush y Olmert para recortar las libertades y derechos públicos de organización con la excusa de la lucha “contra el terrorismo”.
Y una de las iniciativas internacionales más salientes y menos comentadas es la que, con el visto bueno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la colaboración de las embajadas extranjeras, el gobierno nacional está organizando en la Ciudad de Buenos Aires: un foro regional, con el objeto declarado de “prevenir genocidios”. Justo eligen hacerlo en la Argentina, un país que después de promover el genocidio en toda la región, después de organizar y participar del Plan Cóndor, no condenó a ni uno solo de esos criminales por el delito de genocidio que la misma Constitución dice reconocer como delito contra la Humanidad, pero que los jueces y el mismo Gobierno se niegan a aplicar. La conclusión se hace inevitable: en cada uno de la decena de reconocimientos nacionales o internacionales, los “homenajeadores” están preparando un homenaje al Estado argentino y a su política de Derechos Humanos… Se homenajean a sí mismos.
Esta es su perfidia… Porque los gobiernos del régimen democrático no sólo no condenaron a los criminales del período dictatorial sino que tampoco terminaron con los crímenes del terrorismo de Estado en nuestro país.
Nosotros, desde la Agrupación Por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA), venimos denunciando la responsabilidad del Estado en la comisión de los más graves atentados y crímenes terroristas cometidos bajo el régimen democrático: los atentados a la AMIA, a la Embajada de Israel, y a la Fábrica Militar de Río Tercero son muestras de ello. Las mismas facciones del aparato del Estado, sus servicios de Inteligencia y fuerzas de seguridad responsables de estos crímenes, protegidos y encubiertos por todos los gobiernos del período democrático, son las mismas que torturaron y desaparecieron compañeros durante la dictadura militar.
No debe extrañar que entre los que apoyan y sostienen al gobierno nacional estén sus socios de DAIA/AMIA. Viejos colaboradores de la dictadura, también enfrentaron a los familiares de las víctimas de origen judío. Hoy son los grandes colaboradores y encubridores de las responsabilidades criminales del Estado argentino en la comisión de la masacre impune de la AMIA. Para no ser menos –en este momento– están a pocas cuadras de aquí realizando otro “homenaje”… que busca reivindicarlos a ellos mismos.
La tarea de ir de homenaje en homenaje nubla la razón y manosea la resistencia de las víctimas a someterse a esta política de impunidad. Por eso les pedimos que cierren sus oídos a los cantos de sirena de los representantes del Estado que pretenden homenajearnos.
Que este reconocimiento a Herman sirva para organizar y extender la lucha contra la impunidad del Estado HOY, cuando con los mismos métodos de ayer permanece desaparecido Jorge Julio López por la acción de las fuerzas de seguridad y el servicio de Inteligencia, bajo el amparo del gobierno Kirchner, que aún no dio cuenta de los casos de Geres y Puthod.
Aprovechamos esta tribuna para manifestar nuestra solidaridad para con los jóvenes dirigentes estudiantiles de la Federación Universitaria de Buenos Aires, procesados y perseguidos por el Estado que busca darles un castigo ejemplar por sus reclamos ante las autoridades del Rectorado.
Del mismo modo, manifestamos nuestra solidaridad para con los familiares y víctimas del gatillo fácil, que el próximo día 12 actualizarán su reclamo contra la represión institucional, y denunciarán el incremento de los asesinatos de jóvenes durante el último año.
Nunca estará de más reiterar nuestra solidaridad con los reclamos de los compañeros aquí presentes. Como familiares y amigos de las víctimas del mayor crimen del terrorismo de Estado cometido en los últimos años, volvemos a exigir al gobierno nacional que abra los archivos secretos del Estado vinculados a la masacre de la AMIA, y que sean entregados a una Comisión Investigadora Independiente para conocer las responsabilidades materiales en la comisión de este crimen, e impulsar el juicio y castigo a todos los culpables.
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